El vitiligo salta a la vista y es que, aunque no se trata de una enfermedad grave, llama, en muchas ocasiones, la atención porque deja en la piel de las personas que la padecen manchas blancas, más o menos grandes, distribuidas por todo el cuerpo o solo en algunas zonas. Al ser tan llamativo, el vitiligo puede tener un gran impacto psicológico en quien lo padece.
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¿Qué es el vitiligo?
El vitiligo es una enfermedad que se caracteriza por que el sistema inmune de quien lo padece destruye las células encargadas de producir melanina, que son las que colorean nuestra piel, pelo y ojos.
Como resultado, ciertas áreas de la piel se quedan sin pigmentar, es decir, blancas. Aunque no se conoce con exactitud la causa de la destrucción de los melanocitos, el vitiligo se suele dar más en personas que presentan enfermedades autoinmunes y puede tener un componente hereditario.
Esta enfermedad no grave ni contagiosa puede afectar a cualquier persona, pero mayormente se diagnostica antes de cumplir los 40.
Las manchas suelen aparecer en zonas de la piel expuestas al sol. Por esta razón, la enfermedad puede hacer sentir a muchos incómodos en su propio cuerpo, afectar a su autoestima y dificultar sus relaciones laborales, familiares y afectivas. Aún hoy el vitiligo estigmatiza socialmente a quienes lo sufren.
Síntomas del vitiligo
Los síntomas típicos de la enfermedad son los siguientes:
– Pérdida irregular de color de la piel. Suele aparecer primeramente en las manos, la cara, los genitales y en zonas alrededor de las aberturas de cuerpo.
– Aparición de canas prematuras. También en las pestañas, las cejas o la barba.
– El interior de la boca y la nariz pierden su color característico y se vuelven blanquecinos.
Tratamiento del vitiligo
Desgraciadamente esta enfermedad no tiene cura. Sin embargo, sí que existen tratamientos para evitar que la decoloración vaya a más. Suelen administrarse corticoides tópicos, inhibidores de calcineurina y fototerapia.
Algo muy importante es que, al faltar la pigmentación, esas zonas de la piel son muy vulnerables a los rayos ultravioleta del sol por lo que hay que protegerse muy bien con cremas de alta protección solar y prendas de ropa.
Los afectados deben ser extremadamente cuidadosos con los baños de sol, cuando estén en la montaña, en la playa y evitar las cabinas de bronceado. Es obvio pensar que si la piel no afectada es más clara, las manchas se apreciará menos y si es más oscura se notarán más.
La fototerapia que se aplica bajo supervisión médica consiste en una luz ultravioleta B de banda estrecha que busca devolver la pigmentación a las manchas blancas. Otras veces será más fácil despigmentar las zonas de la piel no manchadas porque estas ocupan menos que las manchadas.
El vitiligo es una enfermedad muy desconocida y no se sabe a ciencia cierta cómo progresará. En ocasiones, las manchas desaparecen sin tratamiento, pero, en la mayoría de los casos, terminan extendiéndose por todo el cuerpo.