Es común despertar con la sensación de nariz congestionada, incluso sin tener los típicos síntomas de gripa. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos; señala que este fenómeno se debe a la inflamación de los vasos sanguíneos en los tejidos que recubren la nariz. Pero, ¿cuáles son las causas menos conocidas?
Alergias, un intrépido desencadenante según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos; donde el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a sustancias como polen o caspa de mascotas, resultando en hinchazón y congestión nasal. Además, las alergias pueden causar picazón y lagrimeo en los ojos.
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El uso excesivo de gotas o aerosoles nasales sin receta, puede convertirse en una trampa. Aunque inicialmente alivien la congestión; su uso prolongado sin supervisión médica puede empeorar la situación.
Los pólipos nasales, pequeñas masas de tejido inflamado en la nariz o senos paranasales, pueden ser otro culpable. Aunque no cancerígenos, los pólipos pueden obstruir las vías respiratorias y causar problemas respiratorios.
¿Nariz tapada al despertar?
En el embarazo, los cambios hormonales pueden desencadenar congestión nasal. La producción elevada de estrógeno durante este período puede alterar la mucosidad, volviéndola más espesa o líquida.
La rinitis vasomotora, una condición no alérgica, puede presentarse con estornudos crónicos y nariz congestionada sin causa aparente. Este padecimiento, más común en adultos después de los 20 años, tiene diversos desencadenantes, desde olores hasta cambios climáticos.
Si te despiertas con la nariz tapada, no asumas automáticamente que es gripa. Estos variados factores pueden ser los responsables. Consultar a un profesional de la salud es vital para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.
Referencias