La diabetes es una enfermedad en la que las personas tienen demasiado azúcar en el torrente sanguíneo, y supone una enorme carga para la salud pública.
Aproximadamente 463 millones de adultos; en todo el mundo vivían con diabetes en 2019, y para 2045 se espera que este número aumente a 700 millones. Se estima que 374 millones de personas tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La forma más común de la enfermedad una dieta y un estilo de vida saludables pueden desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de diabetes de una persona.
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Un nuevo estudio revela que las personas que consumen dos raciones de fruta al día tienen un 36 por ciento menos de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que las que consumen menos de media ración, según publican los investigadores en el ‘Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism’, de la Sociedad Endocrina americana.
374 millones de personas tienen un mayor riesgo
Según la doctora Nicola Bondonno «Descubrimos que las personas que consumen alrededor de dos raciones de fruta al día, tenían un riesgo un 36 por ciento menor de desarrollar diabetes de tipo 2″
«en los cinco años siguientes que las que consumían menos de media ración de fruta al día», explica la doctora Nicola Bondonno, del Instituto de Investigación Nutricional de la Universidad Edith Cowan de Perth (Australia).
«No observamos los mismos patrones para el zumo de frutas. Estos resultados indican que una dieta y un estilo de vida saludables incluyen; el consumo de frutas enteras es una gran estrategia para reducir el riesgo de diabetes», añade.
La diabetes es una enfermedad en la que las personas tienen demasiado azúcar
Descubrieron que los participantes que comían más frutas enteras tenían un 36 por ciento menos de probabilidades de tener diabetes a los cinco años. Hallaron una asociación entre la ingesta de fruta y los marcadores de sensibilidad a la insulina; lo que significa que las personas que consumían más fruta tenían que producir menos insulina para reducir sus niveles de glucosa en sangre.
«Esto es importante porque los niveles elevados de insulina circulante (hiperinsulinemia) pueden dañar los vasos sanguíneos y están relacionados no sólo con la diabetes; sino también con la hipertensión arterial, la obesidad y las enfermedades cardíacas», destaca Bondonno.