“El yogur es mucho más que la suma de sus nutrientes por separado. Aporta proteínas, calcio, vitaminas y microorganismos vivos; y algunos incluso aportan probióticos. También, dan saciedad”; explica Gabriel Vinderola, doctor en Química e investigador del CONICET.
Un alimento presente en la mesa de los argentinos, que según distintos estudios, colabora al bienestar corporal y anímico.
“Los estudios clínicos de eficacia se han realizado utilizando un yogur al día, por lo tanto, esa sería la recomendación, aunque consumir más, no es ningún inconveniente; ahí ya es cuestión de gustos”; indica el también docente de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral.
Y destaca: “Las guías alimentarias de prácticamente todos los países recomiendan la incorporación de yogur en el marco de una alimentación saludable, no solo por su aporte de nutrientes, sino por el aporte de microorganismos definidos, en cantidad suficiente, seguros y con efecto benéfico para el intestino”.
Según señala el especialista, los yogures que más contribuyen al cuidado del intestino no son solo aquellos que poseen los cultivos lácticos responsables de la fermentación.
Los probióticos son microorganismos que han sido estudiados por sus vastas propiedades en la salud. Vinderola asegura que suelen agregarse al yogur y muestran una mayor capacidad para aumentar las defensas del intestino a través de la mejora de la respuesta inmune.
Cómo se produce el yogur
La producción de yogur es un proceso natural de transformación de la leche, que se lleva a cabo de forma controlada; segura y reproducible por dos bacterias que funcionan en colaboración.
Las bacterias se multiplican, consumen la lactosa, hacen más digeribles a las proteínas y se genera una serie de productos de la fermentación que le brindan al yogur su textura, aroma, gusto, seguridad y propiedades benéficas para la salud, informó Infobae.