En medio de una larga espera en la clínica, uno se cuestiona si el ayuno antes de los análisis de sangre sigue siendo una práctica necesaria. La tradición de acudir en ayunas para medir glucosa y lípidos, en su mayoría; se originó en una época donde los análisis eran más limitados en su alcance.
Sin embargo, con los avances en la tecnología médica; la necesidad de abstenerse de alimentos previamente se encuentra en entredicho.
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Por ejemplo, la Hemoglobina A1c (HbA1c), es un marcador clave en la detección de la diabetes tipo II que no se ve afectado por la ingesta de alimentos. La razón detrás de esto radica en que la HbA1c, refleja el nivel de glucosa en sangre en un período de tres meses; proporcionando información más precisa y significativa que una medición puntual.
De manera similar, en el caso del colesterol; se han desarrollado nuevos métodos que permiten calcular la cantidad de LDL (colesterol malo) sin depender del ayuno previo.
Médicos a favor de eliminar el ayuno ante pruebas de sangre
Aunque algunos análisis aún requieren el ayuno, como los de función renal, hepática y tiroidea, hay un creciente movimiento en la comunidad médica en favor de eliminar esta restricción. Por ejemplo, en Estados Unidos, el Departamento de Asuntos de los Veteranos; ha optado por prescindir del ayuno en la mayoría de los análisis de sangre debido a avances en las técnicas de diagnóstico y para evitar hipoglucemias en personas con diabetes.
Sin embargo, es esencial considerar la perspectiva de los médicos. A pesar de la tendencia a eliminar el ayuno, algunos profesionales aún recomiendan su práctica en ciertos casos, ya que se ha demostrado que muchos marcadores sanguíneos pueden variar significativamente en las horas posteriores a la ingesta de alimentos. Esta variabilidad, conocida como «sesgo de laboratorio«; afecta a parámetros como el recuento total de células sanguíneas, albúmina, bilirrubina y otros.
Además, el momento del día en que se realizan los análisis también puede influir en los resultados. Algunos parámetros sanguíneos muestran oscilaciones significativas a lo largo del día, lo que podría dar lugar a diagnósticos erróneos o tratamientos inadecuados.
Aunque la tendencia apunta hacia la eliminación del ayuno en los análisis de sangre, aún existen razones sólidas para mantener esta práctica, asegurando que los análisis se realicen en un intervalo horario consistente. El avance de la tecnología médica continúa desafiando las prácticas establecidas, y en el futuro; podríamos ver una transformación aún mayor en la forma en que se realizan las pruebas diagnósticas más comunes.