Un estudio de psiquiatría social publicado hace unos años, en el cual se investigó si ciertos alimentos están ligados con comportamientos adictivos, entre ellos el queso. El resultado de las investigaciones muestran que algunos alimentos pueden activar los centros de recompensa en nuestro cerebro, lo que te animan a querer más.
Algunos alimentos son muy sabrosos ya sea porque disfrutamos de altas cantidades de azúcares naturales y añadidos, grasas, carbohidratos o sal. Entre estos alimentos está el queso, ¿a poco no está en tu lista?, El consumo es muy alto en nuestro país, debido a la gran variedad, si o si es un producto esencial en la comida típica.
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Ciertamente, para muchos, pareciera como si el queso pudiera ser adictivo. El queso hace que todo sea más sabroso, incluso las cosas que ya saben bien. Bueno a lo que vamos, porque el queso es tan adictivo, para empezar definamos la palabra; según la American Society of Addiction Medication lo define como una afectación médica que involucra interacciones entre el cerebro, cuerpo, medio ambiente e incluso la genética.
La supuesta «adicción» a comer queso
La caseína, la proteína más abundante de la leche, y presente en el queso en una concentración mayor, todo sucede durante el proceso de digestión, la caseína se descompone en diferentes sustancias, entre ellas la casomorfina, sí es lo que te imaginas; algo similar a la morfina, lo que convertiría al queso en un alimento con potencial a ser adictivo.
Aún no hay evidencia científica de que sea adictivo o de que afecte de manera significativa al cerebro de manera similar a las drogas o el alcohol.
Además de la acción adictiva, la sustancia en el queso también genera una agradable sensación de bienestar. El mejor ejemplo de esta sensación lo encontramos en la leche materna y en el bienestar que transmiten los bebés que están mamando o recién amamantados.
