El principal parásito causante de la malaria se está volviendo resistente a las artemisininas, los fármacos más importantes para combatirla, lo que puede dificultar la lucha contra una enfermedad que causa más de 400.000 muertes al año en el mundo.
El descubrimiento obligará a replantear los protocolos de tratamiento. “La aparición de resistencia a la artemisinina en África es grave. La pérdida de estos fármacos esenciales debido a las resistencias sería un desastre”, advierte Nicholas White, de la Universidad Mahidol en Bangkok. Tailandia.
Los resultados del estudio que alerta del problema fueron publicados en la revista The New England Journal of Medicine. El estudio, realizado en Uganda, se ha basado en 240 personas tratadas con artesunato, un derivado de la artemisinina.
Los investigadores han analizado el tiempo que tardaba el tratamiento en reducir los niveles de Plasmodium falciparum en la sangre, lo que indica la capacidad del parásito de resistir al fármaco. Además, han analizado el genoma del parásito en busca de mutaciones.
Malaria se está volviendo resistente
Los resultados muestran que las mutaciones en el gen kelch13, que confieren resistencia a las artemisininas, aumentaron del 3,9% de los pacientes en 2015 al 19,8% en 2019.
El número de pacientes en los que el fármaco tarda más de cinco horas en reducir los niveles del parásito a la mitad, un tiempo excepcionalmente largo, aumentó del 4,6% en 2017 al 6,5% en 2019.
“Son resultados muy preocupantes”, valora Quique Bassat, investigador Icrea en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). “Por ahora los fármacos aún son eficaces, aunque tarden más en surtir efecto.
Pero estos nuevos datos alertan sobre un problema de salud pública que puede ser importante en el futuro. Ahora que sabemos que tenemos un problema es el momento de pasar a la acción”.