¿Cocinar con carbón o leña? con este tenés más probabilidades de ceguera

Foto: ¿Cocinar con carbón o leña? con este tenés más probabilidades de ceguera / Referencia
Foto: ¿Cocinar con carbón o leña? con este tenés más probabilidades de ceguera / Referencia

Investigadores han encontrado un vínculo claro entre cocinar con leña o carbón y un mayor riesgo de enfermedades oculares importantes que pueden conducir a la ceguera.

El estudio involucró a casi medio millón de personas en China.

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3.800 millones de personas en riesgo

A todos los participantes del estudio se les preguntó sobre sus hábitos de cocina mediante un cuestionario, y luego se les hizo un seguimiento de las admisiones hospitalarias por enfermedades oculares importantes a través de la vinculación con los registros del seguro médico.

El carbón y la leña y sus efectos

Durante el período de seguimiento de diez años, hubo 4.877 casos de trastornos de la conjuntiva, 13.408 cataratas; así mismo 1.583 trastornos de la esclerótica, córnea, iris y cuerpo ciliar y 1.534 casos de glaucoma entre los participantes del estudio.

Aproximadamente la mitad de la población mundial, 3.800 millones de personas, está expuesta a la contaminación del aire de los hogares por cocinar con combustibles sólidos «sucios», como el carbón y la madera. Si bien estudios anteriores han informado de un posible vínculo entre cocinar con combustibles sólidos y un mayor riesgo de cataratas en las mujeres; aún no está claro si también existen asociaciones similares con otras enfermedades oculares importantes, como la conjuntivitis, la queratitis y el glaucoma.

Daño al ojo

El aumento de los riesgos puede deberse a la exposición a altos niveles de partículas finas (PM2. 5) y monóxido de carbono. Estos pueden dañar la superficie del ojo y causar inflamación. La quema de madera también aumenta el riesgo de lesiones oculares por chispas o polvo de madera.

Los investigadores proponen que la razón por la que no hubo asociación entre el uso de combustibles sólidos y el riesgo de glaucoma fue porque este trastorno afecta las estructuras internas del ojo, que están menos expuestas a los contaminantes del aire.