El consumo de agua con limón en ayunas se popularizó debido a los muchos beneficios que se le atribuyen tanto para mantener un peso saludable como para promover la salud.
El limón es fuente indiscutible de vitamina C, antibacteriano y estimulante digestivo. No obstante, al respecto, es importante hacer algunas aclaraciones para romper mitos que pueden ser perjudiciales.
Es conveniente saber que no se trata de una bebida “milagrosa” o con efectos “potentes”; si bien aporta pequeñas cantidades de nutrientes, no supone un tratamiento o preventivo único contra enfermedades.
Agua con limón: Beneficios
Tomar agua con limón todas las mañanas tiene beneficios infinitos, pero estos son los primeros que vas a notar:
El sabor es ácido pero aumenta la excreción de ácidos por la orina, por lo que su efecto en la sangre y el organismo es alcalinizante (y, por ello, desintoxicante). El pH del limón es de 2,6, posiblemente uno de los más ácidos entre las frutas. El pomelo, la naranja, la piña –o el tomate– también son ácidos.
Un vaso de agua con medio limón aporta 2 kilocalorías, y a cambio nos ofrece potasio (10 mg), vitamina C (4 mg), flavononas (2 mg de eriocitrina, diosmina, hesperidina y naringenina) y algo de fibra (0,5 g). Esta fórmula resulta depurativa y mejora la circulación de la sangre.
El agua con limón es un remedio de primera elección para resfriados y faringitis. Se ha atribuido su eficacia como estimulante de la inmunidad a su contenido en vitamina C. Sin embargo, aunque el limón es rico en esta vitamina, no es una «bomba».
El efecto se debe, según estudios realizados, a la combinación de aceites aromáticos y fitonutrientes como las flavanonas, que multiplican por 200 la capacidad estimulante de la vitamina C.
Gracias al contenido en citratos (230 mg en 5 ml), previene la aparición de cálculos renales. El consumo del jugo de medio a un limón cada día eleva significativamente los niveles de citrato en la orina, lo cual reduce la formación de cálculos en el sistema urinario (en riñones y vejiga).
El agua con limón también ayuda a mejorar la inmunidad. La acción conjunta de la vitamina C y las flavononas incrementa el número de glóbulos blancos, las células defensivas capaces de eliminar virus, bacterias y células enfermas. Por ello se recomienda en el tratamiento dietético de las infecciones, especialmente las respiratorias