El padecimiento del cáncer es difícil de tratar porque las células tumorales se protegen químicamente ante el sistema inmune, usando una suerte de ‘perfume’ que lo desactiva, pero un equipo de científicos alemanes del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf encontraron un medicamento que podría, anular este recurso del cáncer.
Dado que muchas células cancerígenas se cubren de una densa nube compuesta por una sustancia llamada adenosina. Por una parte, la adenosina suprime la actividad del sistema inmune y, por otra, estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos que proporcionan oxígeno y nutrientes al tumor.
El objetivo, de este fármaco será optimizar para poder explotar esta capacidad. Igualmente, hace posible que las células malignas migren a otros órganos y se produzca metástasis.
Las nuevas armas de la ciencia en la lucha contra el cáncer
Los tumores producen grandes cantidades de esta sustancia, y además portan en la superficie de sus células varias enzimas que lo transforman en adenosina. Una de ellas se conoce como CD39, y cataliza el primer paso de esa conversión; por tanto, si se inhibe, no se puede producir adenosina.
Para llevarlo a cabo, los científicos estudiaron 50 fármacos distintos que inhiben las proteínas quinasas. Y, por sorpresa, una de ellas funcionaba: el ceritinib. «Pudimos demostrar esto no solo en el tubo de ensayo, sino también en cultivos con las llamadas células de cáncer de mama triple negativas», de las más difíciles de tratar.
Quién podría tomar ceritinib
Este descubrimiento puede resultar milagroso a simple vista. Sin embargo, la doctora Müller no cree que tenga sentido administrar ceritinib a ciertos tipos de cáncer. «Después de todo, el ingrediente activo se dirige principalmente contra un grupo diferente de enzimas; por lo tanto, tendría efectos secundarios indeseables», comenta.
Por esta razón, la científica y sus colegas quieren seguir investigando para intentar modificar este fármaco, con la intención de que no inhiba las quinasas, pero sí ralentice el CD39. Además, abre la puerta a que el ceritinib pueda combinarse con otros fármacos que ayuden al sistema inmunológico del paciente.
Pero antes de su uso, los científicos deberían también medir si las células de cáncer de los pacientes tienen CD39 en su superficie. «Porque solo entonces tendría sentido el tratamiento con inhibidores de CD39«, explica Müller. Por tanto, la científica aboga por un tratamiento personalizado para cada paciente, con la intención de que sea lo más eficiente posible.
Por: lasexta.com