Cualquier persona en el mundo puede padecer de aneurisma cerebral, sin embargo, la nicotina contenida en el cigarrillo aumenta la probabilidad, según algunos estudios.
Las enfermedades cerebrovasculares constituyen la segunda causa de muerte a nivel mundial. Según recientes estudios, los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar un aneurisma cerebral a lo largo de su vida.
El cigarrillo contiene más de 4000 sustancias nocivas para el organismo. Entre ellas la nicotina, el monóxido de carbono y el alquitrán. Por su parte, más de 60 componentes del humo de tabaco son cancerígenos e inducen daños a largo plazo en el funcionamiento y la arquitectura del sistema cardiovascular y respiratorio.
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Los aneurismas cerebrales rotos pueden causar la muerte hasta en el 40 % de los pacientes afectados, con una prevalencia anual de 8 a 10 casos por cada 100 000 habitantes. En cuanto a los factores de riesgo, se estima que el cigarrillo es el agente más significativo en la producción y complicación de los aneurismas cerebrales.
¿Qué es un aneurisma cerebral?
Un aneurisma cerebral es una enfermedad endovascular que se caracteriza por la dilatación o ensanchamiento patológico de un segmento de un vaso sanguíneo intracraneal. Por lo general, esto es producto de una debilidad en la pared del vaso, asociado a alteraciones hemodinámicas y al aumento continuo de la presión arterial.
En la mayoría de los casos, los aneurismas cerebrales afectan las regiones ubicadas en la base del encéfalo, principalmente a nivel del polígono de Willis o el círculo vascular cerebral. Su etiología suele ser de carácter congénito, aunque también producto de traumatismos e infecciones.
En la actualidad, existen varias teorías que explican la relación entre el tabaco y el riesgo de padecer un aneurisma cerebral. La mayoría de los estudios apuntan a un aumento en la tensión sobre la pared del vaso. Esto se debe al efecto de la nicotina y del monóxido de carbono del cigarrillo sobre el endotelio vascular.
Aneurisma cerebral
La nicotina es un potente vasoconstrictor que altera la señalización del oxido nítrico, una molécula clave en la regulación del tono de los vasos. Además, eleva la frecuencia cardíaca, disminuye el flujo de oxígeno y aumenta la viscosidad de la sangre cuando actúa en conjunto con el monóxido de carbono.
Por otro lado, en una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard, se encontró que las mujeres de edad media con historial de tabaquismo tienen hasta 4 veces más riesgo de padecer un aneurisma cerebral no roto. Este hecho aumenta hasta 7 veces si se añade el historial de hipertensión arterial crónica.
Ante la presencia de estas manifestaciones es importante buscar ayuda médica inmediata. La identificación temprana y el abordaje oportuno son la clave para la prevención de las complicaciones y secuelas asociadas a los aneurismas cerebrales.