El aumento de casos de hepatitis en el mundo ha causado una serie de preocupaciones, por tratarse de 169 casos de una nueva hepatitis aguda infantil que afecta en 11 países. Según la Organización Mundial de la Salud los niños entre 2 y 6 años son los más afectados con el aumento de casos, cuyos reportes iniciaron a comienzos de abril en Reino Unido.
De igual manera el organismo internacional también confirmó el primer fallecimiento de un niño por dicha enfermedad, mientras que otros 17 han necesitado un trasplante de hígado. Al ser la hepatitis una enfermedad que causa alarma mundial es importante prestar atención a esta enfermedad inflamatoria que afecta al hígado.
La causa de la hepatitis puede ser muy diversa, ya sea infecciosa de tipo viral o bacteriana, inmunitaria o tóxica; desarrollada por alcohol, sustancias tóxicas o fármacos.
Causas y síntomas de la hepatitis
Todos los niños estaban sanos una semana antes del diagnóstico. Los síntomas son los habituales en esta enfermedad: dolor abdominal, vómitos, diarrea, ictericia (coloración amarilla de piel y mucosas), picor cutáneo, coloración oscura de la orina y deposiciones con poca pigmentación.
De momento no ha habido ningún fallecimiento. Algunos se han recuperado, pero otros han tenido que ser hospitalizados y siete han requerido, incluso, trasplante de hígado (uno de los casos españoles).
Lo que desconcierta es el aumento de casos en un periodo de tiempo muy corto, su gravedad y que no se conoce, de momento, la causa. Existen varias posibilidades e hipótesis:
La primera posibilidad: el virus de la hepatitis A, B, C y E se descarta porque ninguna muestra ha resultado positiva para estos virus.
Alguna intoxicación por alimentos, bebidas o juguetes. Las toxinas o venenos pueden afectar al hígado de forma muy grave.
De momento no parece probable porque no se ha encontrado ningún nexo en común entre todos los casos, pero no se descarta la posibilidad de un tóxico todavía desconocido. Tampoco parece que sea de origen bacteriano, no cursa con fiebre.
Ningún niño había sido vacunado contra la covid-19 por lo que también se descarta que sea un posible efecto secundario de la vacuna.
Algunos, no todos, han dado positivo para SARS-CoV-2. Una hipótesis sería que la infección por el coronavirus dejara a los niños más vulnerables a otras infecciones. Tampoco se puede descartar una posible complicación o secuela de la covid-19.
Sin embargo, la hipótesis que parece de momento más probable para algunos investigadores es la de una infección por adenovirus. La mitad de los casos han dado positivo para estos virus, que normalmente causan diarrea, vómitos y síntomas parecidos al catarro.