Uno de los principales errores que cometemos durante el verano, pero hay otros relativos a nuestro pelo de los que ni siquiera nos damos cuenta y que, efectivamente, contribuyen a deshidratarlo, dañarlo y romperlo.
Aquí te explicamos los erroes más comunes
Pensar que el fotoprotector capilar es prescindible
Pensar que el fotoprotector capilar (Protectores solares para el cabello) no es imprescindible es uno de los errores más comunes. Y no hablamos solamente de los daños que produce el sol –cuya radiación puede alterar el color, resecar, hacer que su queratina sea más frágil y eliminar su brillo–, sino que hay otros elementos presentes en la playa o la piscina que también resultan perjudiciales para su salud.
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Hablamos del viento que lo enreda y lo ensucia; la arena que irrita el cuero cabelludo; el cloro que modifica el color y lo deshidrata; o la sal marina que provoca puntas abiertas. Todos ellos, factores que se pueden combatir con un producto específico para defender el cabello, así como empleando accesorios que ayuden a cubrirlo como pañuelos, gorras o sombreros.
Aplicar mal el fotoprotector capilar
Al igual que cuando nos ponemos protección solar en el cuerpo y a veces nos quemamos un mínimo trozo de piel porque se nos escapó esa zona, lo mismo puede ocurrir en el pelo, especialmente si intentamos aplicar la cantidad justa para preservar su textura. Para evitar dejar partes sin cubrir.
Los especialistas explican que "hay que aplicarlo en las manos y extenderlo bien por toda la melena, pero hay que tener en cuenta que, como humedece el cabello, lo ideal es apostar por un wet look si se quiere llevar el pelo suelto, o decantarnos por recogerlo en una trenza, en un moño bajo o incluso en un moño alto y deshecho".
Peinarte con un cepillo al salir del agua
Sí es recomendable peinar el cabello al salir del agua del mar o la piscina para desenredarlo, pero insiste en la gran importancia de hacerlo con un peine de púas anchas y nunca con un cepillo, pues la melena está más frágil en esta situación. Precisamente por eso, también se explica que hay que hacerlo "siempre aplicando previamente el propio spray fotoprotector o un acondicionador sin aclarado, para evitar que el cabello sufra al desenredarlo".
Frotar el cabello con la toalla al salir del agua
Esta es una regla de la que ya los peluqueros advierten normalmente –nunca hay que frotar el pelo con la toalla al salir de la ducha–, y que se hace todavía más importante en la playa o la piscina. El cabello está enormemente frágil en ese momento por la sal del mar y el reflejo del sol, así que frotándolo solo conseguiremos dañarlo.
Hay que desenredarlo previamente con un peine (no un cepillo) y aplicando antes un acondicionador en spray sin aclarado o el propio protector capilar, y después quitarle el exceso de agua apoyando la toalla suavemente.
No aclarar el pelo después de bañarte
Los especialistas señalan que siempre, siempre, siempre, al salir del mar o de la piscina es imprescindible el aclarado del cabello “para quitarle el cloro o el salitre con agua dulce de una ducha o bien de una botella de agua que llevemos en la bolsa de la playa”, apunta. De hecho, otra de sus recomendaciones es que en esta época nos lavemos el pelo todos los días para eliminar esos restos.
No usar champú y acondicionador hidratantes
“La máxima que debe presidir los tratamientos posteriores a la jornada de playa o piscina debe ser la hidratación”, dicen los expertos. Por tanto, indica que hay que escoger “acondicionadores, mascarillas o sérums que hidraten el cabello y también sería recomendable que lo reparen del daño sufrido”.
Más allá de esto, señala que el criterio para escoger el producto adecuado siempre deberá ser que encaje con nuestro tipo de pelo (fino, encrespado, rizado, etc.), pero siempre cumpliendo con la máxima de la nutrición.
Aplicar la mascarilla como último paso
Normalmente aplicamos las mascarillas de tratamiento como último paso en el lavado de nuestra melena, pero revelan un truco inesperado para aprovechar al máximo sus propiedades después de un día de playa o piscina: aplicarlas con el pelo seco, antes de lavarlo, durante unos 10 o 15 minutos. Según explican los expertos, “de esta manera, el cabello absorbe mejor todos los nutrientes e ingredientes activos del producto y nos evitamos que añada mucho peso al cabello si este es fino”.
No tomar precauciones extra si tienes el pelo teñido o mechas
Sin duda, los cabellos con coloración –especialmente los rubios– corren más riesgo de deteriorarse durante el verano, por lo que es imprescindible que tomen ciertas precauciones extra.
“Tienen que apostar por productos diseñados específicamente para ellos, además de incorporar a la rutina un champú, acondicionador o mascarilla con pigmentos que eviten la oxidación del color y que torne a tonos indeseados, y que se deben aplicar cada dos o tres lavados, según los consejos de aplicación de cada fabricante”.
Además, podemos buscar un fotoprotector específico para melenas coloreadas, aunque los especialistas apuntan que no es imprescindible, pero sí recomienda “proteger el cabello del sol y hacerlo también con sombreros o gorros”.
Como último consejo para las rubias, es aconsejable que durante estos meses apuesten por tonalidades más frías como el beis o el platino, que aguantarán mejor el efecto de los elementos dañinos, mientras que los rubios dorados o miel no son buena idea, pues son los que más se aclaran y pierden el color.