El hecho de que tengas diabetes no significa que te han dado una sentencia de muerte que te limitará a consumir aburridas comidas "saludables". Es verdad que comer de manera saludable es parte de la "prescripción" de la dieta, pero aquí estamos para cambiar tu opinión sobre cómo lograrlo. Sabemos que alimentarse con diabetes no es tan diferente de cómo debemos comer todos.
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Consejos para la preparación de los alimentos
Cocinar puede parecer un trabajo muy laborioso si no nos preparamos con anticipación. Tiene sentido tener cosas listas antes de empezar a cocinar para que el proceso sea más eficiente y divertido. Estos son algunos de nuestros consejos que puedes poner en práctica fácilmente.
Antes de empezar:
La seguridad alimentaria es un paso que se olvida con frecuencia al cocinar. Mantente saludable al cerciorarte de seguir estos pasos antes de empezar.
1. Limpia las superficies de la cocina con agua caliente y jabón. Planea hacerlo cada vez que prepares diferentes alimentos y cuando hayas terminado de cocinar.
2. Lávate las manos con agua tibia y jabón durante 20 minutos para asegurarte de hacerlo adecuadamente.
3. Utiliza la tabla de cortar apropiada: reserva una para los productos agrícolas y otra para las aves de corral, la carne y los mariscos crudos.
Crea sabores a medida que cocinas
La sal es considerada con frecuencia "un enemigo". Sin embargo, la sal es una parte esencial de nuestra dieta. El problema no es la sal que añadimos al cocinar, es el consumo excesivo de alimentos empacados y procesados. Al contrario de los alimentos empacados y procesados, las frutas, verduras, legumbres y granos integrales no contienen enormes cantidades de sodio. Esto quiere decir que al preparar comidas desde cero necesitas añadir un poco de sal.
He aquí unos consejos para salar con confianza
1. Adquiere alimentos enteros cuando puedas y elige opciones bajas en sodio cuando te sea posible.
2. Añade los condimentos poco a poco al cocinar, lo cual significa que tendrás que probar varias veces para determinar si necesitas agregar más o no. Así evitas que las comidas te queden saladas.
3. Trata de usar sal kosher. Los granos gruesos de la sal kosher ocupan más espacio, lo cual supone que podrías necesitar menos.
4. Si tienes que controlar tu consumo de sal por razones de salud, considera usar hierbas; especias; y ácidos, como los cítricos y el vinagre, para añadir sabor.
Raciones sugeridas
Preparar comidas nutritivas no tiene por qué ser complicado. Sigue la sencilla regla de "mitad + un cuarto + un cuarto". Esta es una manera divertida de visualizar cómo debe verse tu plato. Imagina un plato. Ahora, imagina la mitad de ese plato lleno de verduras, un cuarto de un grano entero y el cuarto restante de una proteína magra. Las plantas son el foco del plato por la sencilla razón de que son una fuente excelente de fibra y aportan muchos nutrientes (vitaminas, minerales, antioxidantes), que hacen que tu cuerpo funcione perfectamente.
Una porción de 4 onzas de mariscos, aves de corral, carne de res o de una proteína vegetal aporta un pequeño toque de proteína para mantenerte saciado. Esta combinación no tiene pierde: controla los niveles de azúcar en sangre, a la vez que te deja feliz, satisfecho y te nutre.