Encuestas realizadas en todo el mundo estiman que hasta un 16% de los pacientes con covid-19 tienen algún tipo de complicación cardíaca.
El daño al corazón no depende del grado de la enfermedad: incluso los cuadros más leves pueden dañar el sistema cardiovascular.
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El problema es que, muchas veces, esta secuela en el pecho no da ningún síntoma y la persona solo sentirá sus consecuencias cuando exija un trabajo extra al sistema cardiovascular.
Esto sucede, por ejemplo, durante la actividad física: el corazón necesita latir más para bombear sangre a los músculos y, si tiene algún daño causado por el coronavirus, puede funcionar mal e incluso descomponerse.
Por esta razón, lo más recomendable es consultar con un médico, quién puede ordenar una serie de exámenes cardiológicos antes de que volvamos a hacer ejercicio de más intensidad.
Tanto para las personas con Síndrome de Fatiga Post-Viral como para todas aquellas que debido a la infección tienen dificultades para retomar sus actividades cotidianas, se recomienda iniciar de manera paulatina un programa de ejercicio físico.
Algunos consejos para mejorar la salud
El descanso físico y mental: reducir el uso de televisión, teléfono y redes sociales, y dedicar momentos de relajación y descanso a lo largo del día.
Mantener hábitos de sueño saludables. Es probable que se requieran más horas de sueño de las habituales.
Una alimentación equilibrada y una hidratación abundante.
Realizar a diario una actividad física adaptada al nivel de energía. Es preferible realizar ejercicios sencillos cada hora en lugar de permanecer largos periodos inactivo y acumular toda la actividad física en un único momento del día.