Aunque usualmente es considerado un signo de debilidad, llorar puede ser justo la receta médica que necesitas para lidiar con las emociones atravesadas y encontrar un camino de salida.
Nuestra desaprobación ante las expresiones emocionales en general, y el llanto específicamente, proviene de la infancia, indicó Stephen Sideroff, autor de The Path: Mastering the Nine Pillars of Resilience and Success y profesor asistente en el departamento de psiquiatría y ciencias de la bioconducta de la Universidad de California, Los Ángeles.
De niños, usualmente se nos enseña a controlar nuestras emociones. Quizás recuerdes alguna vez que te molestaron en la escuela primaria por llorar cuando te lastimabas. O tus padres te castigaron diciendo: “Deja de llorar o te daré razones para hacerlo”.
Lee también: Farmacéutica india lanza favipiravir para casos leves de la coronavirus
Muchos de nosotros aprendimos que hay sentimientos, como la ira o el resentimiento, que no debemos tener o expresar. A medida que los niños crecen y entran en la edad adulta aprenden gradualmente a regular ––y a veces a reprimir e ignorar–– los sentimientos.
¿Y eso qué?, podrías decir. ¿A quien le importa? Sin embargo, no retenemos las emociones solo en nuestras cabezas, apuntó Sideroff. También los almacenamos en nuestros cuerpos.
Y no hay un mejor momento para aprender sobre la aceptación emocional que ahora, cuando hace poco se celebró el Día Internacional del Autocuidado, una fecha instaurada el 24 de julio de 2011 para destacar el autocuidado como una base vital de la salud. (El hecho de que el día elegido sea el 24 del séptimo mes significa la importancia de mantener esta práctica las 24 horas del día y los siete días de la semana).
Contener tus sentimientos puede dolerte
“Estos sentimientos tienen energía”, explicó Sideroff. “(Por lo tanto) tienes que constreñirte de diferentes maneras para retenerlos”. Eso interfiere con los procesos naturales e instintivos, además de crear desequilibrios, ya que la necesidad del cuerpo permanece allí.
“Si tienes hambre, comes”, sostuvo Sideroff. “Encuentras comida para resolver y abordar ese desequilibrio”.
Entonces, si estás triste, herido o enojado, debes encontrar algo para resolver ese desequilibrio.
Si no lo haces, puede expresar esos sentimientos de desequilibrio de maneras inapropiadas, como arremeter contra su familia o amigos.
Además, la restricción emocional puede obstaculizar también nuestra capacidad de experimentar sentimientos positivos, como la alegría y el amor.
“Llorar y honrar tus propias necesidades y sensibilidades es una parte fundamental del autocuidado y de amarse a sí mismo, ser consciente de las necesidades y honrarlas para beneficiar la salud del cuerpo, de la mente y del espíritu”, destacó la Dra. Judith Orloff, autora de The Empath’s Survival Guide: Life Strategies for Sensitive People y psiquiatra de la Facultad de Psiquiatría Clínica de la Universidad de California, Los Ángeles.
¿Por qué lloramos?
Los tres tipos de lágrimas incluyen las emocionales, que son provocadas por sentimientos fuertes como la alegría o la tristeza. Por su parte, las lágrimas basales lubrican tus ojos. Y las lágrimas reflejas se liberan cuando el polvo o los óxidos de cebolla irritan nuestros ojos.
Los humanos son los únicos animales que lloran en la edad adulta y cuentan con lágrimas emocionales, las cuales pueden tener “funciones sociales más complejas para obtener el apoyo y la consuelo de los demás o para tener funciones comunicativas o de vinculación social”, explicó Lauren Bylsma, profesora asistente de psiquiatría y psicología en la Universidad de Pittsburgh en Pennsylvania.