Quien haya perdido el olfato en las ultimas semanas debe saber que es posible que haya tenido una infección oculta por el virus que produce la enfermedad COVID-19 y aún no lo sepa.
Los síntomas más populares de la COVID-19 son la fatiga, la congestión nasal y la tos, con el inconveniente de que no permiten distinguirla de un resfriado común o una gripe.
Sin embargo, la infección por el virus SARS-CoV-2 también produce en muchas personas una pérdida de olfato (anosmia) y del gusto (disgeusia), que muchas veces pasan desapercibidos para el paciente y también para muchos médicos.
Muchas personas ignoran que la anosmia suele ser unos de los síntomas iniciales y, por lo tanto, puede ayudar mucho a la identificación de personas portadoras del virus en fases iniciales de la enfermedad.
Lee también: Estudio revela detalles de las complicaciones de coronavirus en niños
No sabe (ni huele) a nada
La anosmia, y también las alteraciones del gusto, se han descrito tanto en pacientes graves hospitalizados por covid-19 en Italia, como en pacientes con síntomas leves que no necesitaron hospitalización en Estados Unidos.
Ahora sabemos que en torno al 70% de las personas que son infectadas por el virus presentan anosmia o disgeusia, aunque solo tengan una infección leve. Por tanto, en la situación de pandemia actual, una persona con fatiga, tos y perdida de olfato es sospechosa de tener una infección por covid-19.
El virus SARS-CoV-2 utiliza básicamente dos proteínas de la superficie de las células para entrar en ellas: ACE2 (Angiotensin converting enzyme II) y TMPRSS2 (transmembrane serine protease 2).
La proteína ACE2 es el receptor para una hormona llamada Angiotensina 2, que entre otras cosas regula la presión arterial.
Por su parte, el virus cuenta con una proteína clave en su superficie llamada proteina S (spike). Funciona como una llave que puede unirse a la proteína ACE2, el receptor o "cerradura".
De esta forma, produce un daño en las células de soporte que, posteriormente, afectaría a las neuronas sensitivas olfatorias.
El sentido del gusto es otra víctima. La sensación que nos permite distinguir los sabores al comer se encuentra en unas estructuras de la lengua, las papilas linguales.
Estas papilas tienen unos receptores denominados yemas gustativas formadas por 3 tipos de células: células receptoras gustativas, células de soporte y células precursoras o basales.
Lo que está claro es que, en la situación epidemiológica actual, la anosmia y la disgeusia de reciente comienzo deben ser considerados como síntomas de alerta temprana, incluso en ausencia de otros síntomas respiratorios, para identificar nuevos casos de infección por SARS-CoV-2.