La costumbre de muchos niños es querer dormir con los padres. Esto es algo natural cuando se trata de niños pequeños. Pero, ¿existe una edad límite donde los niños deben dejar de hacerlo? Y ¿Qué consecuencias tiene para su desarrollo y sano crecimiento?
Muchos piensan que ésta es una práctica moderna, inventada ahora por padres “alternativos”, pero en realidad es la forma en la que han dormido los bebés desde el principio de la humanidad y es la manera en la que duermen las familias en numerosas culturas diferentes de la nuestra.
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¿Existe una edad límite?
Sí. Los padres pueden permitir que sus hijos duerman con ellos hasta los 8 años. De hecho, en muchas ocasiones es necesario que los padres duerman junto a sus hijos, como cuando están enfermos o cuando están en periodo de lactancia.
Sin embargo, hay especialistas que recomiendan a los padres no dormir con sus bebés pequeños o recién nacidos, ya que corren el riesgo de sufrir asfixia involuntaria. Sin embargo, debido a que el niño desea estar con sus padres, es normal que se pase a la cama de ellos.
Esto se debe a que, de pequeños, suelen tener miedo de quedarse solos, y también por el temor a la oscuridad. Sin embargo, hay que hacerles entender que deben generar su propio espacio y convivir en él.
En este espacio necesario para la madurez, contará también con que puede organizarse como él prefiera, y descubrir y desarrollar su propia personalidad. Sin embargo, el permitir que los hijos duerman con sus padres afianza el lazo familiar.
Cuándo cortar la costumbre
Para evitar la dependencia, hay que enseñarlos de pequeños a que duerman en su propia habitación. Solo en casos como enfermedades los padres podrían permitirles que duerman con ellos.
Sin embargo, si un niño de 12 años sigue durmiendo con sus padres, podría generar dependencia emocional, inseguridades y el niño no crecerá de forma integral. En estos casos ya se trataría de una patología.
Los padres que acostumbran dormir con sus hijos también deben entender que es necesario que ellos creen su propio espacio y convivan con él. Así aprenderán cosas como la responsabilidad y aprenderán a organizarse.