¿Cómo podemos decirle a nuestra pareja que no queremos tener sexo esta noche sin que ello derive un enfado o un cambio de humor?
Seguramente lo primero que se visualiza mentalmente es que el hombre presiona a la mujer, o es el que toma la iniciativa, y es la mujer la que responde “no me apetece”. Pero esto no tiene por qué ser así. Hay tantos hombres como mujeres que tienen menos deseo sexual que su pareja. Por suerte ya no se habla de géneros sino simplemente de personas, porque cada caso es un mundo distinto y único.
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Se acostumbra a pensar que las personas que viven en pareja ya tienen la vida sexual solucionada, pero la realidad es muy diferente. La convivencia, el cansancio, el estrés, las preocupaciones familiares o laborales conllevan problemas que afectan a todos los aspectos de la relación, incluida la vida sexual.
La situación se agrava cuando la respuesta de la otra persona a la negativa es seguir insistiendo, lo que a menudo genera una discusión o conduce a conclusiones erróneas del tipo “ya no te gusto”, “hay otra persona”, “por qué no puede ser como antes”, “me engañaste al principio creyendo que eras una persona más sexual”.
Ofrecer un alternativa
Probar cosas nuevas con la pareja puede contribuir a mejorar nuestro deseo sexual.
Muchas veces el problema de que no nos apetezca es que siempre hacemos lo mismo. Sabemos exactamente cómo acabara la película y, en un momento dado, nos da pereza. En este caso tenemos que poner en práctica nuevas alternativas sexuales o una sexualidad más variada, como puede ser una estimulación mutua. Se trata de salir de lo previsible y lo conocido
Es difícil que los dos miembros de una pareja sientan el mismo deseo sexual. Normalmente uno de los dos es más sexual que el otro. Por lo tanto, el que dice que no es importante que explique el motivo, que ayude a que el otro no se sienta mal y que no se lo tome como algo personal.