Es una de las preguntas más polémicas en la evolución de la sexualidad humana: ¿para qué existe el orgasmo femenino? Un científico británico se ha propuesto responder a esta interrogante y está cambiando nuestra percepción del rol del clítoris y el orgasmo femenino en la evolución humana.
A diferencia de los hombres, cuyo esperma es crucial para la reproducción humana, las mujeres no necesitan tener un orgasmo para tener hijos. Además, las relaciones sexuales no siempre suelen estimular lo suficientemente su clítoris para que lleguen a un clímax.
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Por eso, los científicos siempre se han preguntado sobre la función del orgasmo femenino y el órgano responsable: el clítoris. Para ello, han dado con dos hipótesis.
La primera dice que el orgasmo femenino evolucionó para ayudar a seleccionar la mejor pareja, mientras la segunda afirma que es un mero subproducto del orgasmo masculino que ya no tiene ninguna función evolutiva, como los pezones de los hombres.
Pero, tal vez, haya una tercera explicación. El biomédico británico Roy Levin opina que el clítoris sí tiene un papel en la fertilización femenina. Tras analizar investigaciones recientes, el científico sostiene que el clítoris existe tanto para el disfrute como para la reproducción.
Levanta el útero para acomodar los espermatozoides
Antes de que el clítoris alcance el cenit del placer sexual, activa todos los principales sistemas cerebrales incluyendo las áreas involucradas en la excitación, la recompensa, la memoria, la cognición y el comportamiento social.
Esta actividad cerebral conduce a cambios en los genitales como el aumento del flujo de sangre y oxígeno, lubricación y crecimiento de la temperatura. Al acercarse al orgasmo, la parte externa de la vagina también puede formar una plataforma orgásmica, levantando el útero para acomodar los espermatozoides.
Este proceso prepara el cuerpo femenino para la reproducción asegurando el mayor potencial de fertilización. Los cambios en la forma del cuello uterino impiden que el semen se desplace demasiado rápido hacia el útero, lo que permite que el esperma se fortalezca y sea más móvil.
Además, la investigación de la fertilidad en otras especies no humanas, como ratas, vacas, perros, caballos y conejos muestra que el orgasmo femenino es esencial para la procreación.