Herpes genital es la denominación que se ha asignado a las manifestaciones clínicas genitales debidas a la infección por un virus de la familia de los herpes (Herpesviridiae) que tiene dos serotipos: el herpes virus simple tipo 1 y el tipo 2 (VHS-1 y VHS-2).
Es la causa de úlcera genital más frecuente y en los últimos años ha experimentado la misma tendencia creciente que el resto de infecciones de transmisión sexual.
Javier de la Fuente, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), indica que aproximadamente “uno de cada seis o de cada 10 adultos jóvenes han tenido contacto con el virus y han sufrido al menos un brote”.
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Relación entre herpes labial y herpes genital
Tanto el VHS-1 como el VHS-2 pueden causar lesiones genitales y orales, aunque es más frecuente que el herpes labial esté provocado por el VHS-1 y el genital por el VHS-2.
¿Cómo se transmiten estos virus?
La transmisión del herpes simple se produce, tal y como explica Mariam de la Poza, miembro del Grupo de Estudio y Recomendaciones sobre Enfermedades Infecciosas en Atención Primaria de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic), “por contacto directo con la piel, mucosas o secreciones de una persona infectada, aunque no tenga lesiones aparentes”.
El contagio se produce mayoritariamente por relaciones sexuales (vaginales, orales o anales), pero también puede ser, aunque de forma mucho menos frecuente, por otras vías, como transmisión vertical (de madre a hijo durante el parto).
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
El periodo de incubación del virus oscila entre 2 y 12 días y pueden aparecer manifestaciones locales y generales.
Manifestaciones generales
Entre los síntomas generales más frecuentes achacables al herpes genital destacan el malestar y el dolor de cabeza (cefalea). También puede producir fiebre.
Manifestaciones locales
El hormigueo y el picor de la zona afectada suelen ser los síntomas iniciales. “Primero aparece un eritema, sobre el que surgen vesículas agrupadas que se erosionan. Acaba evolucionando a úlcera, que se caracteriza por ser dolorosa”, describe de la Poza.
Estas manifestaciones pueden verse en diferentes localizaciones de los genitales: vulva, cuello uterino, glande, pene, prepucio, nalgas, pierna y región anal, perianal o recto.
“Las manifestaciones suelen durar entre 15 y 20 días y desaparecen aunque no hagamos tratamiento”, explica la experta. “Pero tienden a repetirse, que es lo que conocemos como recurrencias, que generalmente duran entre 8 y 12 días sin tratamiento, suelen aparecer en el mismo lugar que la primera y son más típicas del VHS-2”.
Estas recurrencias se deben a que “una vez que se adquiere el virus, puede quedar acantonado en células nerviosas y de ahí ir a la piel y producir recidivas”, explica el internista.
De la Fuente agrega que el herpes genital se puede complicar, aunque de forma excepcional: “En casos muy raros puede producir una meningoencefalitis (inflamación de las meninges y el encéfalo), que es muy grave”.
El preservativo, prevención eficaz pero con limitaciones
Evitar el contacto con lesiones activas es la principal recomendación para prevenir la transmisión del herpes genital. Además, hay que tener en cuenta, según expone de la Poza, “que la contagiosidad es más alta durante el primer año, sobre todo en el caso del VHS-2”. Por este motivo, “se recomienda no tener relaciones sexuales mientras haya lesiones herpéticas o síntomas como picor, molestia o dolor en la zona afectada”.
También se aconseja el uso del preservativo, pero la médica de familia aclara que, en el caso del herpes, “su protección es limitada”.
Tras el diagnóstico de esta infección, se recomienda la evaluación y el tratamiento de las parejas sexuales del afectado que estén sintomáticas. “A las asintomáticas se les realiza una evaluación y reciben consejo”, reseña.
Tratamiento del herpes genital
El tratamiento del herpes genital se basa, según el representante de la SEMI, en “fármacos antivirales absolutamente eficaces, sobre todo al principio”. Esta terapia acelera la curación, disminuye la intensidad de los síntomas, impide complicaciones y reduce el riesgo de transmisión, pero “no disminuye el riesgo de recaídas y no elimina el virus”, subraya de la Poza.
¿Qué relación tiene este virus con el VIH?
Existe una relación comprobada entre el herpes genital y el virus de la inmuodeficiencia humana (VIH), causante del sida. Las lesiones que provoca el herpes crean una vía para que el VIH traspase las defensas del sistema inmunitario. De ahí que se estime que las personas con VHS-2 tienen un riesgo hasta tres veces superior de infectarse con el VIH que las que no están infectadas por este virus herpes.
¿Qué hacer si sospechamos que podemos tener herpes genital?
Cuanto antes se trate la infección, mejor será la recuperación y se reducirá la transmisión. “Ante la sospecha de herpes genital, así como ante cualquier otra infección de transmisión sexual, hay que acudir al médico de atención primaria para recibir un tratamiento adecuado”, concluye de la Poza.