El 60 por ciento de los hombres rechazan la opción de recurrir a un donante de semen para convertirse en padres, frente al 44 por ciento de las mujeres.
Es una de las conclusiones de la Encuesta Merck: los hombres y la fertilidad, promovida por la compañía de ciencia y tecnología Merck, realizada el pasado febrero por la consultora GAD3 a más de 1.000 personas en edad fértil (entre 18 y 45 años) de toda España y cuyos resultados se han publicado con motivo del Día del Padre, que se celebra hoy.
“El hecho de renunciar a los propios genes en la reproducción supone una pérdida que cuesta asimilar, porque es algo inesperado y de lo que generalmente no se habla.
Te interesa: Contaminación aumenta riesgo de enfermedades respiratorias y diabetes
La donación de gametos es otro de los grandes tabús de nuestra sociedad. Además del deseo de que los hijos se parezcan a los padres, el hombre que acepta una donación de semen se enfrenta a la incertidumbre de desconocer los orígenes de su descendencia”, explica a CuídatePlus Estefanía Pereira, coach de Fertilidad de la Clínica Fertility Madrid.
Por otro lado, añade la experta, “existe un miedo al rechazo por parte del entorno o del propio hijo si se le cuenta su procedencia. Este miedo es infundado, ya que los estudios demuestran que los niños que conocen sus orígenes en edad temprana aceptan bien la situación”.
Pereira indica un motivo más que explicaría este rechazo: “En el caso del hombre y desde un punto de vista físico, una donación de gametos le dejaría excluido del proceso reproductivo hasta el nacimiento del bebé
Tabús que rodean la infertilidad masculina
Hay otros tabús entorno a la infertilidad, en general, y la masculina, en particular. Según esta encuesta, uno de cada cuatro hombres rechazaría la opción de recurrir a la reproducción asistida si tuviese problemas para tener hijos de manera natural.
Sin embargo, entre los que están dispuestos a optar por la reproducción asistida, se inquietan y piensan en pedir ayuda antes que las mujeres si no se produce el embarazo de forma espontánea.
“Son cifras que demuestran que aún hay mucho trabajo por hacer para que se aborde con naturalidad y se normalice en la sociedad, especialmente en el caso de los hombres”, señala Isabel Sánchez Magro, directora médico de Merck.
El factor determinante para saber cuándo pedir ayuda médica es la edad de la mujer. “Si ella tiene menos de 35 años, la recomendación es esperar un año. Por el contrario, a partir de los 35 este plazo se acorta a la mitad (seis meses)”, dice Sánchez Magro.
“Un diagnóstico de infertilidad en el hombre todavía hoy se asocia a la virilidad o al rendimiento sexual, aunque los tiempos van evolucionando y cada vez hay más conocimiento sobre este asunto. El hombre que padece infertilidad ve afectada su autoestima y frecuentemente tiene sentimientos de vergüenza que le impiden hablar del tema en su entorno más cercano o, a veces, incluso con su pareja”, cuenta Pereira.