No poder apreciar la belleza de una luna llena o una noche estrellada, o tan siquiera poder ponerse las medias o amarrarse los zapatos son tan solo algunas de las dificultades que enfrenta don Juan Carlos Villalta, un vecino de Tibás y paciente de espondilitis anquilosante.
Este hombre de 66 años sufre de dolores de espalda desde los 21 años, pero tardaron cinco años en diagnosticarle la enfermedad, cuando lo vieron en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) para colocarle una prótesis en su cadera derecha porque no podía estar ni acostado, ni sentado, ni de pie.
Este mal es muy común en pacientes que sufren de dolores de espalda, que por lo general son confundidos con problemas lumbares.
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“Empecé con dolores de cintura, estar acostado me producía mucho dolor de la espalda media hacia abajo, que se me aliviaban al caminar y a menudo eran confundidos con dolores del nervio ciático, por lo que me mandaban inyecciones de voltarén o pastillas para aliviarme y a los quince días otra vez en lo mismo”, contó don Juan Carlos.
“Gracias a la prótesis que me pusieron hace cuarenta años puedo caminar apoyado en un bastón, porque hasta en silla de ruedas estuve”, recordó el tibaseño.
Otra consecuencia con la que debe de luchar don Juan Carlos es con la inflamación de sus ojos, esta es alternada entre uno y otro ojo, pero cuando siente los síntomas sale corriendo al Ebais porque sabe que si no va, podría perder la visión.
Atención a tiempo
El reumatólogo y jefe de medicina interna del Hospital de Grecia, Erick Molina, dice que la espondilitis anquilosante es una enfermedad que afecta la columna vertebral y puede producir una artritis que afecta codos, rodilla, tobillos, dedos, cadera, cuello y columna y no distingue entre hombres o mujeres menores de 45 años.
Por ser un dolor lumbar, es una de las causas más comunes de consulta en emergencia de los hospitales, pero como hay 80 causas de dolor de espalda, no es tan fácil dar con ello de buenas a primeras, por eso en el marco del día de la enfermedad, el cual es este 7 de mayo, se busca enseñarle a las personas a identificarlo.
Si usted se levanta después de la medianoche porque no aguanta el dolor de espalda y además presenta ardor en los talones, las plantas de los pies o hasta en las nalgas de forma alternada y solo se alivia después de caminar un rato por toda la casa, y hasta se le ha puesto el ojo rojo y le molesta la luz, pídale al médico que lo refiera al reumatólogo porque entre más rápido le detecten la enfermedad, mejor calidad de vida tendrá.
En especial si tiene más de tres meses con los dolores y es menor de 45 años.
La enfermedad no se cura, por lo que lo mejor es aprender a convivir con ella mediante el tratamiento que le mande el especialista.