Ya se sabe qué hace la luz en nuestro cerebro después de entrar por los ojos. Los autores de este estudio han sido pioneros en estudiar, por medio de microelectrodos, las propiedades de las neuronas individuales de la corteza cerebral, las que activa directamente el estímulo lumínico.
Y averiguarlo en una época en la que no había escáner cerebral no fue fácil. Utilizaron animales, principalmente gatos. En primer lugar los anestesiaban, y luego taladraban un pequeño agujero en su cráneo. El paso siguiente era insertar un electrodo delgado realizado con un cable fino de metal, o un tubo de cristal con una solución salina y un alambre.
Por último, colocaban el electrodo en una célula individual para poder registrar la actividad mientras se exponía a diferentes estímulos lumínicos. Hubel y Wiesel obtuvieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1981.
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Las neuronas de la corteza visual no solo responden a la luz, sino también a otros estímulos visuales. 125 millones, aproximadamente, de fotorreceptores de la retina convierten la luz en señales eléctricas.
¿Y el ojo, cómo funciona?
1y transformarlos en impulsos eléctricos que son conducidos al centro nervioso de la visión en la parte posterior del cerebro, como comentábamos antes en este artículo.
Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda, arriba, abajo y a los lados se llevan a cabo por los seis músculos oculares que son muy precisos. Se ha estimado que los ojos pueden moverse para enfocar en, al menos, cien mil puntos distintos del campo visual.
Los músculos de los dos ojos funcionan de forma simultánea, por lo que también desempeñan la importante función de converger su enfoque en un punto para que las imágenes de ambos coincidan. Cuando esta convergencia no existe o es defectuosa se produce la doble visión.
El movimiento ocular y la fusión de las imágenes también contribuyen en la estimación visual del tamaño y la distancia. Prueba a taparte un ojo un rato e intenta coger algún objeto que tenga.