Ciudad de México— El brote de ébola en República del Congo que comenzó en 2018 no provocado una alerta mundial, pero expertos temen su escalada.
La Organización Mundial de la Salud decidió que el último brote del mortal virus del ébola en la República del Congo aún no es una emergencia mundial de salud, lo que causa frustración entre algunos expertos en salud.
Con múltiples grupos rebeldes activos en la región, comunidades que rechazan a los trabajadores de salud y una frontera muy transitada cerca, el riesgo de propagación regional se considera muy alto, dice la OMS. La región del brote limita con Uganda, Ruanda y Sudán del Sur.
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Una mirada al brote con mil 220 casos confirmados y probables, incluidas 772 muertes, desde que se declaró el 1 de agosto. Se ha convertido en el segundo más letal de la historia, detrás del de África Occidental de 2014-16 que mató a más de 11 mil 300 personas.
¿Qué es el ébola?
El ébola es un virus que puede propagarse rápidamente y puede ser fatal en hasta el 90 por ciento de los casos. Los síntomas incluyen fiebre, vómitos, diarrea, dolor muscular y, a veces, hemorragia interna y externa. Pueden comenzar a ocurrir entre dos y 21 días a partir de la infección, según la OMS.
El virus se transmite con mayor frecuencia por el contacto cercano con los fluidos corporales de las personas que presentan síntomas y con objetos como hojas contaminadas.
Docenas de personas en este brote han recibido uno de varios tratamientos experimentales contra el ébola, pero su efecto aún no se ha estudiado en su totalidad. Si bien no existe un tratamiento con licencia para el ébola, recibir atención temprana como la rehidratación y el tratamiento de otros síntomas ayuda a mejorar las posibilidades de supervivencia.
Una nueva vacuna experimental contra el ébola ha demostrado ser eficaz. El Ministerio de Salud del Congo dijo el viernes que más de 98 mil personas han sido vacunadas.
¿Por qué este brote es único?
Trabajadores de la salud han llamado a este el primer brote de ébola en lo que es esencialmente una zona de guerra. Múltiples grupos rebeldes están activos en el noreste del Congo, y han matado a cientos de personas en los últimos años. Los ataques han llevado a una población traumatizada que puede desconfiar de los forasteros.
Algunos residentes han estado al margen porque los trabajadores de la salud están acompañados por guardias armados de la misión de paz de los Estados Unidos o las fuerzas de seguridad de RDC. Muchos acusan al Gobierno de no protegerlos de los ataques.
Esta es la primera vez que se produce un brote de ébola en esta parte del Congo, y los trabajadores de la salud han luchado contra la información errónea al explicar la importancia de los enterramientos seguros y otras medidas preventivas.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases el mes pasado, una de cada cuatro personas entrevistadas en el este del país un mes después del inicio del brote creían que el ébola no era real.
Algunos residentes rechazaron las vacunas contra el ébola y huyeron, o atacaron a los equipos de salud. Doctores sin Fronteras se vio obligado a cerrar dos de sus clínicas de ébola a principios de este año luego de ataques a clínicas.
Eso ha afectado los esfuerzos de contención, en particular el trabajo de rastreo de contactos de personas infectadas. Muchos casos nuevos no están relacionados con los conocidos, una señal de los desafíos que siguen existiendo en una población densa y altamente móvil.
¿Cuánto tiempo durará el brote?
Es difícil decirlo. Algunos expertos en salud predijeron hace meses que el brote terminaría en un plazo de seis meses. Como las complicaciones siguen apareciendo, el marco de tiempo se retrasa.
El presidente del comité de expertos de la OMS que decidió por unanimidad que el brote aún no es una emergencia mundial, Robert Steffen, dijo que los expertos eran moderadamente optimistas y que el brote podría contenerse dentro de un tiempo previsible.