La enfermedad periodontal afecta a casi 732 millones de personas de todo el mundo. Se considera uno de los trastornos inflamatorios más prevalentes de la humanidad y la principal causa de extracciones de dientes en muchos países. El factor de riesgo principal es la gingivitis, que, en España, afecta al 95% de la población.
Un estudio financiado por la Fundación de Investigación Alemana (DFG) y liderado por Johan P. Woelber, de la Universidad de Friburgo, ha observado que una dieta oportuna podría reducir la inflamación gingival y periodontal de una forma significativa.
Los participantes se sometieron a una dieta diaria rica en vitamina C (dos kiwis, una naranja, etc.) y baja en proteínas animales con una ingesta concentrada de plantas que contienen nitrato. Se omitieron los carbohidratos procesados, como azúcar, miel, harina blanca, arroz blanco o zumos de frutas envasados. A las frutas y verduras se les dio luz verde.
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Además, se aumentó la ingesta de grasos omega 3 y restringieron las grasas trans (presente en las patatas fritas y otros aperitivos) y también los ácidos grasos omega 6 (aceite de semilla, aceite de girasol o carne industrial, por ejemplo).
La propuesta se completó con proteínas vegetales, como legumbres y nueces, y la ingesta diaria de vitamina D (15 minutos al sol o con vitaminas), antioxidantes (un puñado de bayas, una taza de té verde o una pizca de cúrcuma), fibra y plantas con nitrato (espinacas o raíz de remolacha, por ejemplo).
Resultados en ocho semanas
Aunque la investigación, publicada en Journal of Clinic Periodontology, incluyó una muestra pequeña, los investigadores han podido ratificar que la gingivitis se ve profundamente afectada por la dieta. Después de ocho semanas, el menú compuesto por los ingredientes anteriores fue capaz de reducir significativamente la inflamación e incluso ayudó a perder peso.
Sin embargo, no hubo apenas diferencias en la acumulación de placa dental o en el número de plaquetas, que son el elemento de la sangre que puede detener el sangrado. El consejo final es una dieta con abundancia de fruta, verdura, pescados azules, huevos y semillas y frutos secos, particularmente nueces.