Cada 14 de febrero, las imágenes de corazones se multiplican para recordarnos el Día de los Enamorados. Pero también es un día muy importante para los corazones de los más chicos que están en peligro.
Hoy es el Día Internacional de la Cardiopatías Congénitas, una serie de defectos o malformaciones de la estructura cardíaca y/o de los grandes vasos que se encuentran presentes desde el nacimiento y son producidas en la etapa fetal. De ser diagnosticadas a tiempo en un 85% de los casos se puede salvar la vida.
En Argentina, cada año nacen casi 20 niños por día con cardiopatías congénitas, constituyendo la malformación más frecuente en los recién nacidos.
"Con los tratamientos que disponemos en la actualidad (que incluyen no solamente procedimientos quirúrgicos convencionales, sino también mínimamente invasivos o percutáneos) entre el 80 y 85% de los pacientes portadores de cardiopatías congénitas llega a la vida adulta", explicó a Infobae la doctora María Celeste Carrero, médica cardióloga (MN 122.721), miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
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Y agregó: "Sin embargo, aún representan una de las principales causas de muerte durante el primer año de vida, sobre todo si no son diagnosticadas y tratadas correctamente".
En nuestro país existe una extensa trayectoria en el tratamiento interdisciplinario pediátrico de las cardiopatías congénitas que ha permitido que una gran proporción de los niños diagnosticados a tiempo y tratados lleguen a la adultez.
"Sin dudas, los avances diagnósticos y terapéuticos en este campo han provocado que actualmente la mayoría de los pacientes con cardiopatías congénitas sean adultos, tanto en cardiopatías leves como severas. Esto implica un desafío para el sistema de salud en general y para los cardiólogos de adultos, quienes debemos formarnos y especializarnos para manejar pacientes complejos y con patologías de características diferentes de las que solemos tratar cotidianamente, como la enfermedad coronaria o la hipertensión arterial". aseguró Carrero.
Si bien hoy en día es posible diagnosticar las cardiopatías congénitas desde el embarazo con un ecocardiograma fetal, en muchos pacientes el diagnóstico se realiza de manera tardía: en la niñez, adolescencia o adultez. Esto implica riesgos aumentados para el paciente, con una peor sobrevida.
La importancia de la detección precoz
"Para una detección precoz resulta de suma importancia que se realice un control periódico de las embarazadas y realizar ecocardiogramas fetales en las madres que presentan un riesgo aumentado de tener hijos con malformaciones cardíacas (diabéticas, madres portadoras de cardiopatías congénitas, madres de otros niños con cardiopatías congénitas, entre otras)", sostuvo Carrero.
"Asimismo, muchas veces puede detectarse un soplo cardiaco no funcional. Por ello, en esos casos debe realizarse un ecocardiograma doppler que permite arribar al diagnóstico y determinar la gravedad de la cardiopatía congénita para poder otorgarle un correcto tratamiento", indicó la especialista.
En muchos casos el tratamiento no es curativo y por lo tanto muchos pacientes requieren seguimiento cardiológico especializado de por vida, y pueden sufrir complicaciones y requerir nuevas intervenciones. Por lo tanto, los expertos recomiendan que los pacientes con cardiopatías congénitas sean seguidos de manera interdiscilplinaria, permitiéndoles que tengan la mejor calidad de vida posible y que puedan desarrollar todo su potencial durante su vida.
"En este día también es útil recordar que medidas tan sencillas como la administración de ácido fólico previa y durante el embarazo, así como la vacunación sistemática contra la rubéola durante la infancia para evitar la rubéola congénita, permiten reducir el riesgo de que el feto presente cardiopatías congénitas. Es importante que la comunidad se concientice también sobre la relevancia de los controles obstétricos periódicos durante el embarazo, que permiten detectar las malformaciones cardíacas precozmente", afirmó Carrero.
La Fundación Cardiológica Argentina asegura que las cardiopatías congénitas son frecuentes, pueden tener distinta gravedad e implican un esfuerzo de todo el equipo de salud para su prevención, diagnóstico precoz, tratamiento y seguimiento.
"El compromiso de la sociedad (conociendo que existen, que pueden ser diagnosticadas y tratadas precozmente, lo que mejora su pronóstico) y de las autoridades (permitiendo que el Sistema de Salud destine recursos para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con cardiopatías congénitas) es fundamental. No olvidemos que es un problema de salud que nos afecta a todos", indicó la institución en un comunicado.
Controles para su detección
Si en el control de rutina el pediatra detecta alguna irregularidad cardiológica, seguramente indique una interconsulta con un especialista.
"Lo más habitual es que cuando ausculta al niño con un estetoscopio y escucha cómo late el corazón, detecte un soplo cardíaco, es decir, una especie de soplido que se genera por aumento de flujo a través de una válvula cardíaca. Los soplos pueden escucharse tanto en bebés como en niños mayores", indicó la doctora Daniela Pacheco Agrelo, pediatra especialista en Medicina del deporte, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina.
La expresión "soplo cardíaco" nos suele resultar preocupante. Sin embargo, es importante saber enfrentarse a ella con serenidad y optimismo hasta la conclusión de las pruebas complementarias: radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma y ultrasonido de las estructuras del corazón (cavidades, paredes y válvulas) por el cual se registra la circulación de la sangre a través del corazón y permite determinar la dirección y la velocidad del flujo sanguíneo dentro de las estructuras cardíacas que determinan el carácter del soplo del niño.
Ellos pueden ser:
-Funcionales: No indican presencia de enfermedad y con el tiempo desaparecen solos. Es decir, son pasajeros, y permitirán al niño llevar una vida normal, sin restricciones en su actividad física ni supervisiones cardiológicas.
-Orgánicos o patológicos: En este caso el bebé deberá seguir un tratamiento específico. "El tratamiento de los soplos patológicos es muy variable dependiendo del problema cardíaco que presente el bebé. Puede ser desde controles para monitorear la evolución, un medicamento, hasta un cateterismo o una cirugía", indica la médica.
La médica pediatra Eugenia Olivetti, especialista en Cardiología Infantil del servicio de Cardiología del Hospital Garrahan y responsable del área médica del Centro Coordinador de Cardiopatías Congénitas, explicó la importancia del diagnóstico prenatal.
"A partir de la semana 20 de gestación, mediante la ecografía cardíaca fetal, pueden detectarse las anomalías congénitas cardíacas más complejas", aseguró Olivetti.
Y concluyó: "De esta manera, el embarazo continuará con los controles periódicos y se podrá organizar el parto para brindar al recién nacido los cuidados y el tratamiento adecuado en las mejores condiciones clínicas".
Las malformaciones del corazón producidas durante la vida fetal son consideradas el defecto congénito más común del mundo. Y debido a esta patología nacen 7 mil bebés por año en la Argentina.