Los niños pueden ser más propensos a padecer una enfermedad. Son exploradores del mundo y les gusta conocer las cosas de cerca, y no les importa mojarse o ensuciarse.
Por esta razón, es común que los pequeños se contagien de diversas enfermedades unos a otros, sobretodo si ya están en edad escolar.
Pero no hay nada de qué alarmarse, esto tiene solución. Te presentamos los síntomas de los padecimientos más contagiosos, para que puedas ubicarlos y atacarlos desde el primer momento.
Varicela
La varicela es una enfermedad bastante conocida. Su contagio llega a ser masivo en las escuelas u otros centros donde suelen reunirse los niños.
Se trata de una enfermedad bastante contagiosa. Suele afectar a nueve de cada diez personas antes de cumplir los 20 años de edad. Es altamente contagiosa en personas que no están vacunadas o que no han presentado la enfermedad con anterioridad.
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Se trata de una infección viral que provoca una erupción cutánea, con pequeñas ampollas que se llenan de líquido. Actualmente, la varicela es una enfermedad leve, pero es importante aplicar las vacunas de acuerdo con el sistema de salud de cada país, para evitar el padecimiento.
La varicela se presenta entre 10 y 21 días después de la exposición al virus y suele tener una duración de 5 a 10 días. La erupción cutánea es el síntoma más claro de la enfermedad.
No obstante, también pueden existir otros síntomas como fiebre, pérdida del apetito, dolor de cabeza, cansancio y malestar en general. Si sospechas que tu hijo puede tener varicela, es necesario consultar a un médico.
Conjuntivitis
La conjuntivitis es, como su nombre lo dice, una inflamación de la conjuntiva. Ésta es la membrana transparente que cubre la parte blanca del ojo y la superficie interna de los párpados.
Aunque suele verse bastante mal y parece un tanto aterradora, es una afección leve y lejos de ser grave. Aunque sí es sumamente contagiosa en los pequeños.
La conjuntivitis contagiosa puede estar ocasionada por muchas de las bacterias y virus que causan los resfriados y otras infecciones comunes. Los recién nacidos son particularmente susceptibles a la conjuntivitis y son más propensos a desarrollar complicaciones graves, si no reciben el tratamiento adecuado.
Los síntomas más característicos son el enrojecimiento ocular, sensación de tener algo en los ojos, secreción ocular, así como dolor e inflamación de la conjuntiva. Algunos niños presentan inflamación en los párpados o tienen sensibilidad a luces fuertes.
Un niño puede contraer una conjuntivitis al tocar a una persona infectada o algo que haya tocado esa persona. También puede transmitirse por nadar en aguas contaminadas o compartir toallas.
Piojos
La pediculosis, también conocida como los famosos piojos, es un padecimiento bastante común en niños de edad escolar, pues el contagio es muy frecuente.
Los piojos pueden fijarse en el cabello de cualquier persona, sin hacer distinción alguna. Es frecuente verlos en el cuero cabelludo, y no hay diferencia entre el pelo limpio o sucio.
Aunque la pediculosis puede ser bastante molesta, no ocasiona ninguna otra afección o padecimiento. Los piojos son bichos muy pequeños que tienen casi el tamaño de una semilla de sésamo (entre 2 y 3 milímetros de largo).
Estos se alimentan de la sangre del cuero cabelludo y su saliva es lo que provoca la comezón, ya que ocasiona una especie de alergia. También dejan sus huevecillos, llamados liendres, los cuales se caracterizan por ser entre blancos y amarillentos.
El contagio se da por el contacto cercano entre la cabeza de una persona y otra. Cabe mencionar que los piojos solo pueden arrastrarse, no brincan ni vuelan. Los síntomas de la pediculosis son comezón e irritación en el cuero cabelludo. Es importante que revises la cabeza de tu hijo de manera periódica para identificar si tiene piojos, ya que estos se reproducen rápidamente.
Sarampión
El sarampión se suma a las enfermedades causadas por un virus. Por lo general, es más fácil contraerlo a finales del invierno y durante la primavera. La forma más común de contagio es cuando un paciente tose o estornuda.
Los síntomas del sarampión pueden comenzar con una fiebre que dura un par de días. Luego le sigue tos, secreción nasal y conjuntivitis.
Después aparece un sarpullido que inicia en el rostro y la parte superior del cuello. Posteriormente se extiende a todo el cuerpo, como los brazos, manos, piernas y pies.
Luego de unos cinco días, el sarpullido comienza a desaparecer en el mismo orden en que apareció. Por lo general, las personas con sarampión pueden contagiarlo desde unos 4 días antes de que comience el sarpullido hasta 4 días después del inicio del mismo.
Es más probable que tu pequeño adquiera la enfermedad si no ha recibido la vacuna contra el sarampión, sobretodo si viaja a otros países, o si tiene deficiencia de vitamina A.