Si tus intentos de adelgazar no están dando los resultados esperados, es momento de hacer una revisión, por eso te mostramos algunos de los fallos más comunes en las dietas que puedes estar cometiendo y por eso, aunque te estás esforzando, no pierdes peso como deseabas.
No considerar las porciones
Si tu estrategia para adelgazar es comer alimentos de calidad como pueden ser frutas, verduras, cereales integrales, semillas, u otros pero descuidas la cantidad, puedes estar cometiendo un grave error, pues tanto calidad como cantidad debe ser considerada.
Controlar las porciones de alimentos ingeridos es de mucha ayuda al momento de perder peso, pues favorece el logro de una dieta equilibrada, es decir, si ningún exceso ni carencia sino todo en sus proporciones justas.
Imitar la dieta de un amigo
A tu amigo de toda la vida le está dando mucho resultado esa dieta pero a ti no ¿qué ocurre? Pues claramente tienen necesidades muy diferentes y quizá tu amigo necesite más calorías que tú y el déficit que le propone esa dieta sirve para él mientras que para ti no.
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Somos todos diferentes y por ello las dietas de revistas milagrosas de nada sirven al momento de perder peso, como tampoco la estrategia que usa nuestro hermano o amigo y que funciona perfecto en su vida, pero no tiene por qué resultar igual en nosotros.
Abusar de alimentos "light"
Los primeros aliados al momento de adelgazar son los alimentos "light" que deben tener menos calorías que su versión tradicional, pero que igualmente, no siempre son útiles para ayudarnos a perder peso, pues muchas veces la diferencia energética no es significativa o la cantidad consumida no establece una gran distinción.
Asimismo, solemos pensar en alimentos "light" como alimentos adelgazantes o sanos de los cuales tendemos a consumir más cantidad, algo que puede conducirnos a un exceso en lugar de a un déficit de calorías.
Abusar de la sal
Un exceso de sal concluye en un consumo elevado de calorías, y a la vez puede incentivar la hidratación deficiente y conducirnos a un exceso de peso, a causa, no sólo de una ingesta superior, sino también de una retención de líquidos.
Por ello, reducir la sal en nuestra dieta es tan importante como cuidar las calorías y el azúcar en nuestra mesa habitual si buscamos perder peso.
No incluir ejercicio
Más allá de las calorías, el ejercicio incentiva cambios positivos en nuestro metabolismo, además de nuestros hábitos y conductas que son de mucha ayuda al momento de perder peso, por ello, su práctica debería ser siempre considerada
Hidratarse de forma deficiente
Una buena hidratación es clave para el control del peso corporal, pues entre otras cosas, podemos confundir la sensación de sed con hambre y "saciar" la misma con alimentos que suman calorías que el agua no aporta.
Asimismo, un consumo deficiente de líquidos puede obstaculizar el metabolismo y la quema de grasas así como favorecer la retención de líquidos que puede traducirse en un peso superior al momento de subirse a la báscula.
Eliminar grupos enteros de alimentos
Es muy propio de las dietas milagrosas, en las cuales se erradican todos los hidratos, o todas las grasas o incluso las frutas y verduras que tantos beneficios ofrecen.
Pues esta estrategia puede volverse en contra al momento de ver resultados, pues reduce la adherencia a una dieta, estresan al organismo por volverse una estrategia estricta e inflexible y ello, puede conducirnos a más ansiedad y aumento de peso.
Es por esto que debes hacer una revisión adecuada de tu dieta para no terminar con un efecto rebote que finalmente te conduzca a aumentar de peso en lugar de mantener el peso perdido.