Si eres una nueva madre, quizá te hayas preparado mentalmente para sentir los pezones irritados o doloridos, pero no te hayas esperado sentir picazón en los senos durante la lactancia. En muchos casos, puede no ser un problema y no interferir con la alimentación de tu bebé; en otros, puede ser indicador de un problema grave.
Los problemas al amamantar suelen ser comunes, pero eso no significa que no debas consultar a un médico ante un inconveniente: recuerda que la leche materna es la primera y más importante fuente de nutrición de tu bebé.
Picazón en los senos durante la lactancia: causas
Hay muchas razones por las que te podrían picar los senos mientras amamantas. Estas son algunas de las más frecuentes.
Pezones sensibles
El fuerte reflejo de succión del bebé puede provocar que en las primeras semanas de lactancia tus pezones ardan o duelan. Mientras la piel sobre ellos sana y se acostumbra a la constante fricción con la boca de tu bebé, puedes sentir mucha picazón. Para aliviarlo, enfría tus pezones con un sobre de gel frío. También sirve hidratarlos con alguna crema.
Candidiasis
Se trata de una acumulación del hongo Candida albicans, que puede darse en algunas partes del cuerpo, es decir, tanto en la boca de tu bebé como en tu pezón. Algunos síntomas, según Healthline, incluyen: sensación de picazón o ardor en los pezones, dolor al amamantar, pezones descamados o agrietados, dolor en todo el seno.
Si sospechas que los dos pueden estar sufriendo de una infección, mira la boca de tu bebé: si su lengua tiene un recubrimiento blanco, lo más probable es que se trate de candidiasis. Puedes haber obtenido la infección desde su boca o habérsela transmitido sin saber.
Es importante buscar atención médica apenas notes signos de este tipo de infección. El médico puede recetar antifúngicos orales para tu bebé y una crema para ti, que deberás aplicar sobre la zona afectada. Una buena forma de prevenir que esta infección vuelva a aparecer es hervir los chupetes y las boquillas de los biberones antes de que los use, por lo menos por 5 minutos al día. Como la candidiasis puede ser difícil de tratar, es importante que sigas las instrucciones del médico al pie de la letra.
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Mastitis
Es una infección en una mama, causada por la obstrucción de la leche en un pecho. De acuerdo a la Mayo Clinic, la lactancia es una habilidad que se debe practicar, y una técnica inadecuada puede provocar esta obstrucción. Además, si los senos no se vacían completamente al amamantar, también puede aparecer. La mastitis puede ser causada, además, por el ingreso de bacterias a los conductos mamarios a través de grietas en la piel del pezón.
Para prevenir esta complicación, es recomendable que, antes de tener a tu bebé, te reúnas con un especialista en lactancia, que te enseñe la manera correcta de amamantar. Dar de mamar al bebé en una sola posición, por ejemplo, puede ponerte en riesgo.
El tratamiento de la mastitis puede incluir antibióticos (para tratar la acumulación de bacterias en el ducto de la mama) y masajes especiales para drenar el exceso de leche. Muchas madres dejan de amamantar a su bebé en cuanto comienzan los síntomas; sin embargo, los médicos recomiendan seguir amamantando, por doloroso que sea, ya que la fuerza de succión del bebé puede ayudar con el drenaje, aunque también porque es importante para él alimentarse de la leche de su madre.
Eccema
Es una enfermedad de la piel, que puede afectar a los senos, debido al contacto y la fricción continuos (dermatitis por contacto). El eccema provoca que la piel se sienta muy sensible. La picazón puede llegar a ser insoportable, pero si la rascas podrías empeorar la condición. Si tienes eccema, notarás áreas secas y escamadas en tus pezones. Pero no te preocupes por tu bebé, ya que no es contagioso. Visita al dermatólogo, que te recetará un tratamiento adecuado.
Reflejo de eyección
Popularmente conocido como subida o bajada de la leche, el reflejo de eyección de la leche no es algo que todas las nuevas madres sientan, pero es muy común. Las que llegan a sentirlo lo describen como una sensación de pinchazón en los senos.
Este reflejo ocurre cuando los nervios en tus mamas son estimulados, usualmente por la succión de tu bebé, pero muchas otras también por su llanto. Es señal de una liberación de oxitocina, la hormona que hace que los músculos que rodean a las células productoras de leche se contraigan, bombeando leche hacia los ductos.
Si sientes el reflejo y tu bebé no tiene hambre, no hay mucho que puedas hacer para aliviarlo, pero con el tiempo te acostumbras y no te das cuenta.
Estrías
Al llenarse de leche para la lactancia, tus senos se expanden, provocando que la piel alrededor de ellos se estire y te salgan estrías. Estas pueden llegar a darte picazón. Si notas marcas rosas en tus senos, tu piel está sensible, y la picazón no llega al pezón, puede que esta sea la causa. Hidratar tu piel lo aliviará, de acuerdo a Mom Junction.
Fuente: VIX