Hay una manera muy sencilla de prevenir el contagio de infecciones y enfermedades. Sólo toma unos minutos y no es necesario ir al médico para que te indique cómo hacerlo. ¿Sabes cómo? Lavándote las manos. No sólo los niños deben mantenerlas limpias luego de jugar en el parque sino también los adultos, no importa el sexo ni la edad. Aquí te contamos algunas claves que debes considerar para disminuir los gérmenes y las bacterias.
Una de las mejores formas de evitar el contagio de las enfermedades es a través de una buena higiene, no sólo en los lugares que habitas sino también de uno mismo, y en especial de las manos, que continuamente están en contacto con todo tipo de superficies y objetos.
Esta sencilla medida, por ejemplo, ayudó a frenar una epidemia de cólera que atacaba a Perú en la década de 1980, y junto a ella también disminuyó la hepatitis viral y la fiebre tifoidea, ya que la gente aprendió la importancia de lavarse las manos.
Esto es así porque, aunque no nos demos cuenta, en todos lados existen organismos tan pero tan pequeñitos que no podemos verlos a simple vista pero que, sin embargo, son capaces de transmitirnos enfermedades que hasta pueden ser mortales. Entre esos micro-organismos se encuentran los gérmenes: virus y bacterias, que son responsables de muchas enfermedades e infecciones, como la gripe (la influenza) y algunos tipos de gastroenteritis infecciosas que causan diarreas, náuseas, vómitos y fiebre, entre muchas otras.
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Por eso, recuerda lavarte las manos no sólo antes de las comidas sino cada vez que hayas estado en contacto con superficies que pueden tener gérmenes, como las mascotas, las agarraderas en los transportes públicos, el dinero que pasa de mano en mano y situaciones como las siguientes:
– Antes, durante y después de preparar alimentos.
– Después de ir al baño.
– Luego de cambiarle los pañales a un niño o limpiarlo después de que haya ido al baño.
– Después de sonarte la nariz, toser o estornudar.
– Antes y después de atender a alguien que esté enfermo o de curar heridas o cortaduras.
– Después de haber tocado a un animal o excrementos de animales.
– Después de tocar basura.
– Lavarse las manos es algo fácil de hacer, pero no sólo es cuestión de mojarse un poco con agua, también se necesita jabón y frotarse bien para eliminar cualquier impureza que haya sobre ellas.
En detalle, para mantener una buena higiene de las manos, puedes seguir estas sencillas indicaciones:
– Antes de lavarte las manos, recuerda quitarte los anillos y las joyas.
– Moja tus manos con agua corriente (tibia o fría) y enjabónalas.
– Frótate las manos hasta formar espuma y restriégate bien (recuerda que también debes frotar el dorso de las manos, ente los dedos y debajo de las uñas).
– Es importante que te frotes durante al menos 20 segundos. Parecen pocos pero haz la cuenta mientras te lavas, es posible que tus lavados duren mucho menos. Una buena referencia para calcular este tiempo es cantar el feliz cumpleaños dos veces.
– Enjuágate bien las manos con agua corriente, para eliminar todo el jabón.
– Sécate las manos con una toalla de papel o con un secador de aire para evitar que queden húmedas.
– Si no tienes agua o jabón para higienizarte bien las manos, no te preocupes. Una buena alternativa es utilizar un limpiador que contenga como mínimo un 60% de alcohol. Estos productos no eliminan todos los micro-organismos pero te ayudarán a reducir rápidamente gran cantidad de gérmenes que hay en tus manos y, de ese modo, disminuirán tus posibilidades de quedar expuesto a infecciones o enfermedades.
Ahora que sabes lo importante que es lavarse bien las manos, no dejes de hacerlo cada vez que sea necesario y recuerda compartir este dato no sólo con los niños sino también con tus amigos, conocidos y con seres queridos.
Fuente: vidaYsalud