Se cree que la gripe es un virus altamente variable, capaz de mutar y escapar de la inmunidad acumulada en la población debido a su circulación en temporadas anteriores. Sin embargo, las temporadas de gripe tienden a estar dominadas por un número limitado de virus genéticamente distintos. Esto crea una paradoja ya que se piensa que la influenza es muy variable, mientras que en realidad las temporadas están dominadas por unas pocas cepas.
Ahora, un equipo de Oxford, liderado por Craig Thompson, ha encontrado una respuesta a esta paradoja y han demostrado el éxito preclínico de una vacuna universal contra la gripe. Los resultados se han publicado en Nature Communications.
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Los científicos descubrieron que las partes del virus atacadas por el sistema inmune son, de hecho, de variabilidad limitada y actúan como restricciones en la evolución del virus. El equipo de Thompson identificó la ubicación de estas regiones de variabilidad limitada y demostró que aquellas regiones circularon en 2006 y 1977 podían proteger contra la infección del virus que circuló por última vez en 1934.
En el estudio, treinta ratones recibieron distintos tipos de medicamentos. A doce se les administró una vacuna de control, otros doce ratones recibieron una vacuna placebo y seis ratones se usaron como control normal y no se vacunaron de ninguna manera.
Después de identificar varias versiones que indujeron una reactividad cruzada entre las diferentes versiones, los expertos vacunaron a los ratones con las versiones individuales de la región que facilita el cruce entre variantes del virus. Los resultados mostraron que esta última vacuna protegía a los ratones del letal virus de 1934.
“El enfoque integrado del diseño de vacunas que hemos aplicado a la gripe – concluye Thompson en un comunicado –, tiene el potencial de ser aplicado a otros patógenos previamente intratables y podría revolucionar la forma en que desarrollamos las vacunas”.