Muchísimas personas tienen una relación complicada con la comida, este es uno de los principales problemas de la sociedad del primer mundo. La comida, generalmente la comida menos saludable, tiene un efecto calmante cuando atacan los problemas del alma.
La ansiedad, las preocupaciones, los problemas, los nervios, son emociones muy difíciles de controlar para quien los padece. Y de la misma forma que hay personas que fuman para calmar su ansiedad, otras muchas calman ese estado con la comida.
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Quizá pienses que las personas que pierden el control ante la comida sean débiles o quizá incluso tú personalmente tengas una relación conflictiva con la comida. En cualquiera de los casos, es importante conocer los motivos por los cuales una persona, puede llegar a perder el control ante algo tan necesario para la supervivencia como la alimentación.
¿Por qué la comida produce placer?
La comida es la principal protagonista en la vida social de muchas personas, incluso las celebraciones familiares, los eventos sociales, las fiestas señaladas, se centran alrededor de una mesa. Esto tiene una razón completamente fisiológica. La alimentación es una parte fundamental de la supervivencia, el ser vivo tiene que alimentarse para poder vivir.
El propio organismo lanza las señales al cerebro para que aparezca la sensación de tener hambre, de la misma manera que envía la señal de estar satisfecho, lleno. Pero estas señales a veces pueden pasar desapercibidas o confundirse con otras sensaciones, por lo que el cuerpo que es muy sabio, incluye una sensación de recompensa y beneficio de la comida.
Cuando ingieres alimentos, se liberan una serie de sustancias como la dopamina, que es una hormona que tiene la función de regular el placer, en otros. Esta sensación es tan poderosa, que instintivamente asocias la comida con un acto de placer, de beneficio y recompensa. Y es en este momento cuando dejas de tener una relación sana con la comida, la alimentación pierde su función vital fisiológica y pasa a ser emocional.
¿Cómo saber si estoy comiendo emocionalmente?
Comer emocionalmente puede convertirse en un grave problema, la sensación de alivio temporal que los alimentos te producen, no es más que un parche muy débil. Esa sensación de placer dura a penas unos minutos y después aparece la culpabilidad, el sentimiento de debilidad, el sobrepeso y todo lo que deriva de este problema.
Plantéate las siguientes cuestiones:
– ¿Te obsesiona la comida?
– ¿Te pasas el día pensando en la comida, en lo que te gustaría estar comiendo o en lo que comerás en cuanto puedas escaparte?
– ¿Asocias tus momentos de felicidad con la comida?
– ¿Tienes dificultad para dejar comida en el plato, aunque te pueda llegar a sentar mal?
– ¿Sientes debilidad ante la comida?
– ¿Hay días en los que solo puedes pensar en la comida?
– ¿Sueles calmar tus emociones como la ansiedad, el estrés o la tristeza con comida poco saludable?
– ¿A menudo pierdes el control a causa del hambre?
Responder con un sí a una o varias de estas preguntas, es una señal clara de comer emocionalmente. La comida te sirve de terapia, de falsa medicación para curar tus emociones, y tu cerebro asocia ese alimento o el acto de comer, con ese tipo de sensación. No saber diferenciar el hambre físico con el hambre emocional, es un agravante que te lleva a comer en exceso, a tomar productos que te hacen daño, que te sientan mal y que además pueden ser muy perjudiciales para tu salud.
Cuáles son las diferencias entre el hambre físico y el hambre emocional
Saber diferenciarlo te ayudará a controlarlo, las diferencias son las siguientes:
– El hambre físico se caracteriza porque es gradual, es el hambre normal que todas las personas sienten cuando llegan ciertas horas del día. Eres capaz de esperar el tiempo que falte para la hora de la comida, sin que esta espera te produzca ansiedad. No te preocupa el menú que tengas para esa comida, ni te obsesionas con un alimento en concreto. Cuando te sientes satisfecho puedes parar de comer, aunque quede comida en el plato y esta sea tu comida favorita o te esté gustando mucho. La comida no te produce sentimientos negativos como la culpabilidad, o vergüenza.
– El hambre emocional por el contrario aparece de repente, aunque haya pasado la hora de comida y te hayas quedado satisfecho, vuelves a sentir hambre a horas descontroladas. Además, la espera te causa ansiedad y no eres capaz de apartar ese pensamiento de tu cabeza hasta que obtienes la comida. Tienes antojos, te apetece comer algo en concreto y cuanto más esperas más grande es el apetito. No eres capaz de dejar comida en el plato aunque te sientas lleno, no tienes sensación de estar satisfecho. La comida te produce emociones negativas, vergüenza, debilidad o culpabilidad.
Comer emocionalmente puede derivar en consecuencias graves
Cuando la alimentación deja de ser un mecanismo de supervivencia y pasa a convertirse en una forma de calmar tus problemas emocionales, algo tan necesario como la comida se convierte en algo peligroso para tu salud. Esta situación se convierte en un círculo vicioso:
– Te sientes triste, estresado, con ansiedad y recurres a la comida para calmar estos sentimientos, rápidamente obtienes un placer, pero este placer es tan ínfimo y tan poco real que nada más terminar de comer, aparece la culpabilidad, el sentimiento de debilidad y el miedo por no ser capaz de controlar ese impulso.
Además de estar provocandote problemas físicos como el sobrepeso, la diabetes, el colesterol o la hipertensión, comer emocionalmente puede ocasionar trastornos psicológicos graves como:
– Trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia nerviosa.
– Baja autoestima producida por el sentimiento de debilidad, de no saber controlarse, de verse mal ante el espejo y no ser capaz de evitar ese comportamiento.
– Depresión, todos los sentimientos negativos que te produce la comida emocional, se suman a los sentimientos que te llevan a comer de esta forma innecesaria y poco saludable.
¿Qué puedo hacer para abandonar este hábito?
Tu cerebro ha recibido una señal errónea en cuanto a la comida, por lo que te manda señales indebidas y por ello debes reeducar esa parte de su trabajo. Algunos trucos que puedes utilizar son:
– Busca otras formas de sentir placer y alivio ante las preocupaciones, pintar, dibujar, salir a pasear, llamar por teléfono a un amigo. Intenta cambiar ese pensamiento que te está llevando a comer compulsivamente.
– Busca ayuda de un profesional, si crees que eres incapaz de solventar esta situación tu mismo, busca ayuda profesional. Primero debes tratar las causas, tu ansiedad y los posibles trastornos que puedas estar sufriendo. Además, contar con la ayuda de un nutricionista será fundamental para ayudarte a aprender a comer bien y de forma saludable.