Aunque no lo creas, solo bastan 5 minutos de pensamientos negativos para derribarnos nuestro buen humor, modificando nuestro estado anímico, y aunque no lo creas, ese pequeño lapso de tiempo le basta a nuestro cerebro para empezar a sentirse mal y para comenzar a verse de una manera distinta con respecto a la forma en que se sentía minutos atrás.
"Manténgase durante cinco minutos teniendo pensamientos negativos, dándose lástima a usted mismo, pensando que no va a poder lograr lo que quiere, que los demás son más queridos o tenidos en cuenta que usted", alentó la psicóloga y escritora Celia Antonini en diálogo con Infobae. "Cuando comenzamos a pensar negativamente, empieza el descenso. La mente empieza a tomar velocidad en el proceso de declive y rápidamente establece asociaciones que coincidan y avalen los pensamientos negativos que estamos teniendo".
Nuestra mente funciona de esa manera, aseguró. Comenzamos con un pensamiento pesimista y segundos después ya nos estamos bombardeando con patrones de pensamientos negativos que ya fueron previamente establecidos, corroborados y tomados por cierto por nuestra mente.
"Ninguna persona mejor que nosotros para saber que es cierto lo que pensamos y sentimos sobre nosotros". Y es asi, solamente uno mismo puede darse cuenta de el potencial que existe en nosotros y no debemos desgastarlo en pensamientos pesimistas que solamente nos destruyen poco a poco.
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La emoción destructiva, en cualquiera de sus variantes (tristeza, pena, desolación, desilusión, depresión) se apodera de nosotros y nos lleva barranca abajo hasta tocar fondo. Los vaivenes anímicos forman parte de la vida de cada uno de nosotros, pero tienen que ser leves y temporarios para que no nos causen problemas.
"Hay veces que nuestra mente se parece a un campo minado", afirmó la psicóloga. "Cuando tenemos muchas cuestiones sin resolver, corremos el riesgo de que nos asalten emociones destructivas a cada rato. Queda en nosotros tomar la decisión y mantener el compromiso de comenzar a desactivar una a una nuestras bombas internas y evitar, de esa manera, caer pendiente abajo".
Por otro lado, estos pensamientos negativos pueden mejorar, solamente tienes que darte el tiempo, abrirle paso a los buenos pensamientos en lugar de darle espacio a las cosas que nos destruyen.
Las emociones positivas son las mejores sensaciones que un ser humano pueda experimentar. Tienen a favor que no requieren ningún esfuerzo de nuestra parte, simplemente se disfrutan, pero poseen una importante contra: tienen poca duración en el tiempo. Se acaban rápidamente y la única forma de prolongar su efecto gratificante es a través del recuerdo o de la proyección de situaciones positivas en el futuro.
"Piense en algo gratificante para usted", recomendó la experta. "El día de su graduación, el nacimiento de sus hijos, su casamiento, su primer amor, el mejor regalo de cumpleaños que recibió, y experimentará un sentimiento de bienestar inmediato que se mantendrá mientras dure su evocación, pero una vez que deje de recordarlo, desaparecerá".
"Tenemos que luchar con lo que estamos sintiendo, tenemos que abandonar nuestra actitud pasiva y ponernos a trabajar para tratar de salir del estado emocional negativo, de lo contrario los malestares se instalan en nosotros", finalizó.