¿Sufres acidez o sensación de ardores con frecuencia? Es el síntoma más frecuente de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, que se produce cuando el músculo que está en la parte baja del esófago no se cierra adecuadamente. Esto hace que el contenido del estómago dé marcha atrás y haga reflujo, provocando irritación y síntomas muy molestos.
Su prevalencia es muy elevada, afectando a entre un 10 y 20 por ciento de la población en los países desarrollados, según explicó el jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Málaga, Pedro Rosón, y tiene un impacto significativo sobre la calidad de vida de quienes lo padecen.
Tras su diagnóstico, el tratamiento más habitual consiste en el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) a dosis estándar, como el omeprazol, pero hasta uno de cada tres pacientes resulta ser refractario al tratamiento.
Cuando esto sucede y hay que recurrir a la cirugía, el tratamiento convencional antirreflujo es la funduplicatura abierta o laparoscópica pero, reconoció el doctor Rosón. De hecho, una cuarta parte de los pacientes requiere reiniciar los IBP en el seguimiento a largo plazo. “Además, existe una necesidad de reintervención en, aproximadamente, el 15 y el 30 por ciento de los pacientes después de la funduplicatura laparoscópica o abierta, respectivamente”, añadió el especialista.
Una solución ‘made in Japan’
Por ello, en la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas el centro español aseguró que cada vez más se está ‘importando’ de Japón una novedosa técnica llamada mucosectomía antirreflujo (o técnica ARMS, Anti Reflux Mucosectomy), que consiste en la resección de la mucosa gástrica y esofágica por vía endoscópica.
La técnica, que ya ha utilizado con éxito el doctor Rosón con algunos pacientes, es pionera en Europa e implica la resección de la mucosa gástrica (alrededor de 2 cm.) y esofágica (aproximadamente 1 cm.) en forma de media luna.
Posteriormente, se inyecta una solución salina mezclada con tinte de índigo-carmín a nivel submucoso para levantar un habón submucoso. En el siguiente paso, la resección de la mucosa se realiza a lo largo de la curvatura menor, ya sea por resección endoscópica de la mucosa o por disección submucosa.
Las complicaciones son casi nulas
Entre sus puntos fuertes está el hecho de que se realiza con ingreso de 24 horas y por vía endoscópica, por lo que no requiere ningún tipo de herida ni incisión.
“Tiene una tasa de complicaciones prácticamente inexistente”, advirtió el doctor Rosón.
Al ser una técnica en la que únicamente se reseca la mucosa, quedando la muscular y el resto de la pared gástrica ilesa, no genera ningún tipo de fibrosis.
Y tampoco provoca complicación posterior si hubiera que reintervenir al paciente por falta de eficacia, algo que no ocurre con el procedimiento quirúrgico convencional, en el que se dificulta enormemente una segunda operación.
Además, se realiza con material de endoscopía estándar, sin precisar aparataje que complique el manejo, y no deja ningún tipo de material extraño, como grapas o puntos de sutura, dentro del cuerpo del paciente.