Como cualquier otro preservativo, el condón cuenta con muchas ventajas y desventajas a la hora de cuidarte para evitar embarazos o enfermedades de transmisión sexual.
Aunque no lo parezca, las mujeres utilizan muy poco esta forma de cuidarse, tal vez por la poca información que se conoce al respecto.
El preservativo es un forro, así como el de los hombres, con la única diferencia que tiene dos aros flexibles en cada extremo.
El lado más "pequeño", que tiene un anillo, va dentro de la vagina, mientras que en la parte de afuera del orificio vaginal va el aro más abierto ya que su función es cubrir la vulva.
Una característica de este método es que puede ser colocado hasta ocho horas antes de la relación sexual y permanecer en su lugar sin ningún problema.
Además que es compatible con los lubricantes de agua o de aceite. Algo que es de mucho beneficio es que no está hecho de látex como el condón masculino, por lo que no causa alergias.
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Es importante mencionar que en el momento de sostener las relaciones sexuales este anticonceptivo puede ser un poco ruidoso.
Otro factor es que a diferencia del hombre, este condón queda visible en el acto, por lo que puede bajar un poco la pasión.
También es importante que luego de la eyaculación se retire con especial cuidado para evitar que se rompa o derrame un poco de líquido seminal.
Algo que debe tener mucho en cuenta es que no es recomendable usar un condón femenino y masculino al mismo tiempo, porque la fricción puede causar irritaciones o que se rompa el preservativo.