¿Qué pasa con nuestro cerebro cuando pasamos mucho tiempo en soledad? Ya sabemos que los seres humanos debemos permanecer en constante interacción entre nosotros mismos. Los estudios en humanos han podido asociar en cierta manera la soledad (expresada de forma subjetiva) con la degeneración del tejido neural.
Otros estudios dicen que la soledad puede ser una enfermedad por sí misma, puede alterar la percepción, los pensamientos, la estructura y la química de nuestros cerebros, acarrea no solo pocos efectos nocivos, como la depresión, debido a los diferentes cambios que esta enfermedad ocasione en nuestro cerebro, se realizo un estudio y ahora parece haberse identificado la molécula que produce estos efectos, y también una posible cura para revertirlos.
Para este experimento se realizó un estudio con ratones, que son también animales muy sociales.
El autor principal de este estudio es David Anderson, del Instituto de Tecnología de California, para esto se aisló a un grupo de ratones durante dos semanas y observaron el aumento anticipado de la agresión y las reacciones negativas a los estímulos.
Encontraron un aumento en taquiquinina 2 / péptido neuroquinina B, o Tac2 / NkB, que creen que es el químico en el cerebro responsable de las reacciones más intensas en los animales aislados.
Lo increíble está aquí, cuando Anderson inyectó osanetant en estos ratones aislados, un antagonista del receptor de neuroquinina, descubrió que se comportaban más como los que se mantenían con sus compañeros. Naturalmente, no podemos preguntarle a los ratones si el osanetant reduce su sentimiento de soledad, pero su comportamiento indicó que al menos no estaban experimentando los efectos del aislamiento social de la manera habitual, y que podrían ser reubicados cómodamente con ratones.
Adicionalmente, Anderson indujo la sobreproducción de Tac2 / NkB en ratones alojados en grupos, observando así muchos de los efectos del aislamiento social a pesar de que los ratones no estaban aislados socialmente.
Definitivamente podemos decir que aunque este fue un experimento con ratones podría ser el inicio de un gran avance para determinar los posibles cambios en el cerebro humano ante la soledad.