Los pulmones son órganos imprescindibles para la vida humana, nos permiten respirar y oxigenan nuestro cuerpo. Las células del cuerpo necesitan oxígeno para funcionar y crecer, cada vez que respiramos, los pulmones toman el oxígeno del aire y lo llevan al torrente sanguíneo, por donde llegan a todos los rincones del organismo.
A veces, cuando los pulmones se enferman, nos dan señales como tos, falta de aire y problemas para respirar, pero eso no siempre ocurre. Tal es el caso, por ejemplo, con los nódulos pulmonares que, en general, no dan síntomas.
¿Qué son los nódulos pulmonares?
Los nódulos pulmonares son manchas (lesiones) redondas u ovaladas que se diagnostican en los pulmones, cuando se identifican en estudios de imágenes como las tomografías computarizadas o las radiografías del tórax. Estos nódulos por lo general no miden más de tres centímetros (1.2 pulgadas).
Los nódulos pulmonares pueden ser benignos (inofensivos) o malignos, es decir que representan a algún tipo de cáncer. Se estima que el 90 por ciento de los nódulos pulmonares que miden menos de dos centímetros de diámetro (0.8 pulgadas) son benignos, y cuando aparece una sola mancha (nódulo pulmonar solitario), se estima que el 60% de todos los nódulos pulmonares solitarios son benignos.
¿Por qué aparecen? Los nódulos pulmonares benignos pueden ser causados por distintos motivos. Muchos son el resultado de una inflamación en el pulmón debido a una infección previa, por haber tenido o haber estado expuesto a la tuberculosis o a enfermedades pulmonares causadas por hongos (como aspergilosis, coccidioidomicosis, criptococosis e histoplasmosis), por ejemplo. A esos nódulos formados por infecciones previas a veces les llaman granulomas.
También pueden ser provocados por algunas enfermedades inflamatorias que no son infecciosas, como la sarcoidosis o la artritis reumatoide, o por tumores, que pueden ser benignos o malignos.
Uno de los problemas para la detección de los nódulos pulmonares es que, en general, no dan síntomas. Cuando lo hacen, pueden estar relacionados con la condición que provoca el desarrollo del nódulo. Por ejemplo, si se producen debido a un cáncer del pulmón, es posible o que no tengas síntomas o que el síntoma sea una tos nueva, a veces acompañada de expectoración con sangre (el término médico es hemoptisis). Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas sólo se dan cuenta que tienen nódulos pulmonares luego de que el médico les indica que se hagan una radiografía del tórax (o sea, del pecho) o una tomografía computarizada de los pulmones.
Si en tu próximo control médico te detectan nódulos en los pulmones, no te angusties. Recuerda que casi siempre se trata de lesiones inofensivas. Incluso, se estima que más de la mitad de las radiografías del tórax que se hacen cada año muestran este tipo de manchas y que, en la mayoría de los casos, se trata de nódulos pulmonares benignos.
Lo que sí es importante, si te detectan nódulos en los pulmones, es descartar la existencia de un tumor maligno. Dependiendo de las características del nódulo o nódulos, de tus antecedentes médicos (si eres fumador o ex-fumador), tus antecedentes familiares, el médico puede sugerir o no hacer nada, o repetir la tomografía computarizada del pulmón en tres a seis meses, o hacer un pet scan (un estudio de imágenes por emisión de positrones) o una biopsia.
Habla con tu médico acerca de tu caso en particular para que resuelva tus dudas y que puedan actuar con rapidez, en caso necesario. Y, si deseas, pide una segunda opinión de otro especialista de pulmón.
Mientras tanto, recuerda que entre los factores de riesgo principales para el desarrollo del cáncer del pulmón están: la edad, que no puedes modificar, y el hábito de fumar. Si fumas, este es un factor que sí puedes eliminar. Si lo haces, no sólo estarás ayudando a tus pulmones sino también a la salud de todo tu cuerpo.