Un nuevo estudio de un grupo de científicos de EE.UU. ha descubierto que unas bacterias que se propagan por el intestino delgado estimulan la digestión y absorción de grasas, lo que puede llevar a la obesidad y a enfermedades cardiovasculares.
En su trabajo, los investigadores sometieron a ratones a una dieta rica en grasas. Los animales que tenían en su intestino delgado una bacteria especial de la familia Clostridiaceae, tanto producida naturalmente por el cuerpo por la dieta, como introducida artificialmente, demostraron tasas más altas de absorción y digestión de grasas.
Asimismo, en los intestinos de los roedores disminuyeron las cantidades de bacterias de las familias Bifidobacteriacaea y Bacteriodacaea, que a menudo se asocian con la delgadez.
"Nuestro estudio es uno de los primeros en demostrar que los microbios específicos del intestino delgado regulan directamente tanto la digestión como la absorción de lípidos", comentó Eugene B. Chang, profesor de medicina de la Universidad de Chicago Medical Center y uno de los autores del estudio.
"Esto podría tener aplicaciones clínicas significativas, especialmente para la prevención y el tratamiento de la obesidad y de enfermedades cardiovasculares", agregó, señalando que la influencia negativa de las bacterias en la absorción de grasas incluso "puede afectar a órganos extraintestinales como el páncreas".
El trabajo puede abrir nuevos caminos a elaboración de procedimientos para combatir la obesidad, que podrían incluir la inhibición de bacterias que estimulan la absorción de grasas y el aumento de microorganismos que impiden la digestión de lípidos.
Las células de grasa normalmente se regeneran a un ritmo del 10 % por año, un fenómeno que ha sido el foco de investigación de Teruel durante varios años.
En condiciones saludables, menos del 1 % de las células grasas precursoras de una persona se convierten en células grasas, algo esencial para reemplazar las células maduras dañadas y renovar y mantener un tejido graso saludable.