Londres, 27 feb (EFE).- Se ha descubierto dos nuevos virus gigantes lo cuales poseen un conjunto de genes completo nunca visto antes para ensamblar proteínas, según un estudio que publica hoy la revista Nature Communications.
Un equipo de la Universidad Aix-Marsella detectó esos agentes infecciosos, bautizados como Tupanvirus, en un lago de aguas alcalinas y sedimentos oceánicos profundos de Brasil.
Los científicos que han publicado el hallazgo buscaban parientes lejanos de los virus gigantes ya conocidos en las aguas de la llanura inundada de Pantanal, en el oeste de Brasil, y en las aguas oceánicas frente a la región de Campos dos Goytacazes, a una profundidad de 3.000 metros.
En las muestras recogidas, los investigadores encontraron ejemplares desconocidos de la familia Mimiviridae "ópticamente visibles" que "sorprendentemente tenían una cola gruesa y larga".
Según su descripción, los Tupanvirus cuentan con una cola cilíndrica de 550 nanómetros de extensión y 450 nanómetros de diámetro.
El análisis del ADN ha revelado que el 70 % de sus genes son similares a los de otros virus conocidos y organismos como las arqueas, las bacterias y los eucariontes.
El 30 % de sus genes, sin embargo, no se habían identificado hasta ahora en ningún otro tipo de organismo.
Comparados con otros virus, los recién descubiertos Tupanvirus contienen el mayor catálogo de genes involucrados en el ensamblaje de proteínas conocido, capaz de interactuar con los 20 aminoácidos del código genético.
El experto en agentes infecciosos Bernard la Scola y su grupo subrayan en su trabajo que es necesario continuar investigando las propiedades de los nuevos virus gigantes, si bien avanzan que se trata de un descubrimiento que puede arrojar luz en el estudio de la evolución de los virus.
La comunidad científica baraja dos hipótesis para explicar los cambios de los virus a largo plazo.
Un posibilidad es que los virus gigantes y complejos hayan evolucionado a partir de un ancestro más simple, gracias a la adquisición de nuevos genes que han encontrado en los organismos en los que se han alojado.
La otra opción que analizan los científicos es que los antepasados de este tipo de virus fueran también gigantes y que, a lo largo de su desarrollo, hayan ido perdiendo genes que no les resultaban necesarios.