Washington, 26 feb (EFE).- Las dietas mediterránea y ovolactovegetariana son igual de eficaces para prevenir enfermedades cardiovasculares e ictus, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Circulation.
A pesar de que numerosos estudios previos han demostrado lo beneficiosas que son ambas dietas para el corazón, este es el primer trabajo en el que se compararon los efectos de los dos patrones de alimentación en las mismas personas.
"El mensaje que se deriva de nuestro estudio es que la dieta mediterránea baja en calorías reduce el riesgo cardiovascular al mismo nivel que las dietas ovolactovegetarianas bajas en calorías", explicó el autor principal de este informe, Francesco Sofi, de la Universidad de Florencia (Italia).
"Esto es una buena noticia, pues la población cuenta con más de una opción para seguir una dieta cardiosaludable", añadió Sofi.
El estudio incluyó a 107 participantes sanos pero con sobrepeso, de entre 18 y 75 años, que fueron asignados aleatoriamente para seguir durante tres meses una dieta vegetariana baja en calorías, que incluía lácteos y huevos, o una dieta mediterránea baja en calorías.
Al acabar este período inicial, los participantes cambiaron su alimentación por la otra dieta durante tres meses más.
Los investigadores encontraron que ambos grupos perdieron aproximadamente la misma cantidad de grasa y experimentaron el mismo cambio en el índice de masa corporal.
Sin embargo, la vegetariana fue más efectiva para reducir el colesterol "malo" (LDL), mientras que la dieta mediterránea produjo una mayor reducción en los triglicéridos, cuyos niveles elevados aumentan el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
En un editorial en el mismo número, la profesora Cheryl Anderson, de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), señaló que hay similitudes en ambas dietas que podrían explicar estos resultados.
En concreto, ambas siguen un patrón dietético saludable rico en frutas y verduras, legumbres, granos integrales y nueces; tienen variedad y la cantidad adecuada de alimentos, y se limita la ingesta de grasas saturadas.
Anderson, que no participó en el estudio, agregó que la promoción de ambas dietas por parte de los profesionales de la salud "ofrece una posible solución a los desafíos actuales para prevenir y controlar la obesidad y las enfermedades cardiovasculares".
No obstante, la profesora pidió que en futuras investigaciones se comparen las dietas en pacientes con mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, ya que el estudio de la universidad italiana contó con participantes que tenían un riesgo "relativamente bajo".