Las dietas suelen ser un arma de doble fila. Sigues una dieta restrictiva y te emocionas cuando empiezas a perder peso, pero cuando te "liberas" de ella y puedes comer como antes pasa lo que temías: el efecto rebote. Después de cortar con los dulces, las harinas y todos los alimentos que amabas para adelgazar, los kilos regresan y a veces con refuerzos.
¿A qué se debe el efecto rebote? La realidad es que perder peso es más fácil que mantenerlo, sobre todo cuando la pérdida se basa en la restricción alimenticia. Las dietas son "soluciones" a corto plazo: si tus hábitos alimenticios no eran sanos antes de una dieta y regresas a ellos es normal que vuelvas a subir de peso.
Pero no te preocupes, hay decisiones que puedes tomar hacer para no subir de peso después de una dieta.
1. Cambia tu perspectiva
Las dietas son como una prueba para saber hasta dónde llega tu fuerza de voluntad y esa es la mentalidad equivocada. Cambia de perspectiva: en vez de ver la alimentación sana como un mal necesario para estar saludable, debes percibirla como una aliada para que tu cuerpo alcance su máximo potencial.
Además, comer de manera más saludable no tiene por qué ser un castigo; de hecho, puede ser toda una aventura. Puedes buscar recetas nuevas y encontrar platos saludables tan ricos como los que comías antes. Todo se resume a la actitud y en la buena disposición.
2. Controla tu comida
Muchas veces comemos más de lo que necesitamos sin darnos cuenta. Por eso, anotar lo que consumes en un día promedio puede ser una gran manera de analizar tu alimentación de forma más objetiva y hacer los cambios que creas convenientes. Sin embargo, ten cuidado de no caer en un comportamiento obsesivo.
3. Haz ejercicio regularmente
Para mantener un peso saludable, hay dos factores esenciales: una dieta balanceada y ejercicio regular. Según un estudio publicado en NCBI, que ahonda el rol del ejercicio en la pérdida de peso, realizar alguna actividad física entre 150 y 250 minutos por semana es una gran manera de preservar un peso saludable, ya que tu cuerpo quema las calorías que consume en vez de almacenarlas.
4. La moderación es la clave
Privarse de lo que te gusta solo va a hacer que lo desees aún más. Según un estudio realizado por la Universidad de Toronto, evitar ciertos alimentos (como el chocolate, en el caso del estudio) solo hace que pienses más en ellos y, cuando finalmente cedas a tus antojos, vas a terminar consumiendo más de lo que necesitas. Entonces, llegan los sentimientos de culpa y fracaso tan asociados a los deslices en las dietas.
Así que no seas duro contigo, no te prives de lo que te gusta, pero resérvalo para ocasiones especiales.
5. Busca ayuda
Los cambios son difíciles y más cuando estás solo. Si tienes un grupo de amigos o familiares con la misma meta puede ser más sencillo de lograr. Si te rodeas de personas que te apoyan y te mantienen en el camino correcto, puedes sentirte más motivado para continuar así.