Por primera vez en la historia de EE.UU. una mujer nacida sin útero ha dado a luz a un bebé. El parto tuvo lugar en el centro médico de la Universidad de Baylor en la ciudad de Dallas, en el estado de Texas.
El nacimiento se produjo en el marco de un proyecto experimental de trasplante de útero del centro, en el que participan diez mujeres que carecen de este órgano o tienen uno infértil. Según informaron desde el hospital, otra de las mujeres participantes está embarazada en estos momentos.
El bebé, nacido por cesárea este mes de noviembre, es el noveno bebé del mundo alumbrado tras una trasplante de útero, y se trata del primer caso en EE.UU.. Los ocho casos anteriores tuvieron lugar en el hospital de la Universidad de Sahlgrenska, en Gotemburgo (Suecia), que logró llevarlos a cabo por primera vez en el año 2014.
El bebé nació con aspecto sano y gritando como todos los recién nacidos, informa la revista Time. Casi todos los miembros del centro Baylor que participan en el proyecto estuvieron presentes en la operación, que vivieron como un momento muy especial.
"Aparte de con mis propios hijos, nunca me sentí tan emocionado con el nacimiento de un bebé… Simplemente comencé a llorar", comentó el doctor Gregory J. McKenna, cirujano de trasplantes de la clínica.
Regalo de una donante
La madre que dio a luz recibió su útero de una enfermera de Dallas que decidió donar el órgano porque ella y su marido, ya con dos hijos, no querían tener más descendencia.
Taylor Siler, de 36 años, quería ofrecer a alguien más la oportunidad de experimentar la maternidad, un regalo especialmente importante para aquellas mujeres que han escuchado reiteradas veces de boca de los médicos que nunca podrán sostener entre sus brazos a un hijo alumbrado por ellas.
La operación de trasplante del útero es muy complicada y presenta riesgos considerables tanto para la donante (que puede ser una persona viva o también fallecida) como para la receptora. El proceso de extracción dura en torno a cinco horas. La cirugía del trasplante posterior también es complicada y puede ser comparable a uno de hígado.
Las mujeres trasplantadas no pueden concebir de forma natural y necesitan someterse a una fertilización in vitro. Esto se debe a que sus ovarios no están conectados con el útero. Antes del trasplante, las mujeres reciben tratamientos hormonales para hacer que sus ovarios liberen múltiples óvulos, que luego se fertilizan y se congelan.
Una vez que la mujer ha comenzado a menstruar, los óvulos fertilizados se implantan en su útero. El embarazo se considera de alto riesgo, por lo que los bebés nacen por cesárea para evitar lesiones en el órgano trasplantado.
Según datos de The New York Times, cerca de 50.000 mujeres del país podrían ser candidatas a someterse a esta operación. Sin embargo, el procedimiento, una vez que se convierta en una práctica médica general del centro, tendrá un coste de cientos de miles de dólares, señalan los doctores de la clínica.