Los fumadores que reciben incentivos monetarios están más dispuestos a dejar los cigarrillos que aquellos a los que simplemente se les ofrecen consejos sobre cómo abandonar el tabaco, según un estudio publicado en los Estados Unidos.
El estudio podría ofrecer métodos para reducir el número de fumadores, que se mantuvo constante en los últimos años en alrededor de uno de cada cinco norteamericanos, de acuerdo con el Journal of the American Medical Association (JAMA) Internal Medicine.
La tasa entre la población pobre es incluso más alta: 26% de los fumadores en los Estados Unidos en 2015 estaban por debajo de la línea de pobreza, comparado con 14% de fumadores que están en o por encima de esa línea, según la información de contexto del estudio.
El proceso clínico aleatorio incluyó 352 personas de Boston, Massachusetts.
Los participantes fueron reclutados de las salas de espera de los hospitales. Todos los que entraron al estudio fumaban más de 10 cigarrillos al día y querían dejarlo. La mayoría eran mujeres negras.
Algunos recibieron un folleto y una lista de recursos comunitarios disponibles para ayudar a la gente a dejar de fumar.
Otros recibieron la misma lista junto con sesiones extra de consejería sobre cómo dejar de fumar por parte de "pacientes guías", y se les dijo también que obtendrían un pago en efectivo si renunciaban a los cigarrillos.
A los participantes no se les dijo cómo se les pagaría por dejar de fumar, cuando entraron al estudio de un año de duración.
A mitad del proceso, los que dejaron de fumar recibieron 250 dólares y les dijeron que adicionalmente recibirían 500 dólares si no fumaban al cumplirse los 12 meses.
Cerca del 10% del grupo incentivado había dejado el cigarrillo a los seis meses, comparado con menos del 1% de aquellos a los que se les ofreció un folleto.
A aquellos que no habían dejado de fumar a los seis meses les fue dada una oportunidad de mantenerse intentándolo a cambio de un pago.
Cerca del 10% del grupo incentivado había dejado el cigarrillo a los seis meses
"Después de 12 meses, 12% del grupo de intervención dejó de fumar, mientras 2% del grupo de control lo hizo", dijo el estudio.
Pruebas de orina y saliva confirmaron si verdaderamente la persona había dejado de fumar.
Karen Lasser, líder del estudio y profesora asociada de medicina en la Universidad de Boston, dijo que este método mostró que un enfoque polifacético que emplea incentivos funciona mejor.
En la misma línea había concluido un estudio anterior, realizado por el Colegio Americano de Cardiología, llevado a cabo en Suiza con 805 participantes. El trabajo se publicó en Journal of the American College of Cardiology y demostró que los incentivos económicos funcionan para dejar de fumar.
Los participantes del experimento tenían ingresos medios de 20 mil dólares anuales y fumaban alrededor de 16 cigarrillos al día. El 43% eran estudiantes y el 19% desempleados.
A los tres meses de empezar el estudio, el 44,4% de los fumadores del grupo con incentivos había dejado de fumar, mientras que solamente el 6,4% de los que no recibían dinero por dejarlo lo había conseguido. Tres meses más tarde, el 35,9% de los incentivados seguían sin fumar. A su vez, el porcentaje de fumadores no incentivados que había dejado de fumar se reducía a un 5,7%.
Finalmente, 18 meses después de iniciar la prueba, los últimos análisis demostraron que el 9,5% de los fumadores que habían recibido un aporte económico no habían vuelto a fumar. En cuanto al grupo que no recibía incentivos, solamente el 3,7% había conseguido dejarlo.