Tras el paso del huracán María por el territorio de Puerto Rico, el sistema de salud de la isla estadounidense se enfrenta a un nuevo reto: un brote de leptospirosis, o la enfermedad de Weil, una dolencia bacteriana propagada por el agua y los animales, informa 'The Huffington Post'.
La enfermedad puede ser mortal si no se trata adecuadamente y a tiempo, y cualquiera que tenga contacto con agua infectada puede contagiarse.
Los síntomas
La leptospirosis se transmite a través de la orina de animales infectados, como ratas, cerdos, perros y caballos. Cuando uno entra en contacto con agua, barro o tierra que han sido contaminados por la orina de un animal infectado, la bacteria puede ingresar al cuerpo a través de abrasiones abiertas o membranas mucosas en los ojos, nariz y boca.
Los síntomas comunes de la dolencia incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, fatiga y dolores musculares. A menudo la leptospirosis imita otras infecciones virales, por lo que resulta difícil de diagnosticar.
Se han dado casos en que la enfermedad de Weil fue confundida con una infección por el virus del dengue, una enfermedad viral transmitida por mosquitos. Pero a diferencia del dengue, la leptospirosis se puede tratar mediante el uso de antibióticos desde el principio.
No entre humanos
Los casos de transmisión de la enfermedad de Weil de humano a humano son raros. Sin embargo, esto no hace que la enfermedad sea menos peligrosa, ya que si no se trata algunas de sus cepas pueden causar hemorragias en los pulmones o insuficiencia renal, con consecuencias fatales para el paciente.
Hasta ahora la medicina no ha creado una vacuna para prevenir la enfermedad de Weil. Se puede disminuir el riesgo de contagio usando zapatos resistentes al agua, gafas protectoras y guantes impermeables cuando se trabaja con animales, así como pensarlo dos veces antes de beber o entrar en agua no lo suficientemente limpia.
En contexto
Por otro lado, setenta y dos nuevas variantes genéticas que exacerban el riesgo de desarrollar cáncer de mama han sido identificadas en un estudio internacional divulgado hoy por la revista Nature.
Del total, 65 son variantes "comunes" que predisponen al cáncer de mama y otras 7 influyen específicamente en el cáncer de pecho negativo para el receptor de estrógeno, el subconjunto de casos que no responde a las terapias hormonales, como al fármaco tamoxifén.