Cuando hablamos de perder peso y de salud, hay muchas opiniones al respecto. Algunos expertos recomiendan que no se trata de lo que comemos sino de cuándo lo hacemos.
Seguramente ya has escuchado que el desayuno es considerada la comida más importante del día y expertos han revelado que además es la clave para perder peso y mantenernos saludables.
Un estudio publicado en el Journal of Nutrition encontró que las personas que comían la comida más importante al principio del día, tenían más probabilidades de tener un índice de masa corporal más bajo que las personas que consumían su mayor comida hacia el final del día.
Más allá de lo que ya hemos escuchado de que el desayuno puede ayudar a la pérdida de peso, la investigación demuestra los beneficios de consumir más calorías al comienzo del día y menos hacia el final: aumento del metabolismo, prevención de la obesidad y reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Incluso, también se ha demostrado en un estudio del Journal of the American College of Cardiology, que las personas que no desayunan sufren más riesgo de contraer una enfermedad llamada aterosclerosis o estrechamiento de las arterias.
Lo que demuestran los estudios, suele ser el contrario al hábito alimenticio de la gran mayoría de las personas. Tendemos a desayunar algo rápido de camino al trabajo y solemos destinar la gran comida a la cena.
Los expertos recomiendan tener una alimentación consciente, prestando atención a planificar lo que comemos, cuándo lo hacemos y así evitar el hambre emocional que conduce a comer calorías por demás que no tienen valor nutritivo.
El desayuno logra aumentar los niveles de energía y restaura los niveles de glucosa en la sangre. Además aumenta la función cognitiva y mejora la concentración. Según los expertos, las personas que usualmente desayunan, tienen más probabilidades de tener un peso saludable que aquellas que evitan el desayuno.
El hecho de comer un desayuno grande, no significa tener piedra libre para comer cualquier cosa, se recomienda consumir una cantidad alta de proteínas de calidad. Y también darle al desayuno la preparación necesaria, para tener siempre en la heladera los ingredientes saludables que te ayudan a tener más energía y bajar de peso.
Eso no quiere decir que dejemos de prestarle atención al resto de las comidas. El almuerzo también debe ser contundente para evitar que pasemos hambre y para evitar que necesitemos consumir una cena grande. También se recomienda consumir la cena lo más temprano posible, para lograr un ayuno nocturno por más tiempo.
Bajo esta premisa, la clave es tomar un desayuno grande y variado con proteínas, lácteos y frutas. Consumir un desayuno mediano y una cena pequeña sin snacks. El consumo de alimentos comienza fuerte por la mañana y disminuye sobre la noche, preferentemente al terminar la tarde.