Los sexólogos son profesionales de la salud, que pueden ayudarte a enfrentar algunos problemas relacionales al sexo.
Un estudio hecho en España a través de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología, demostró que curiosamene las mujeres acuden al sexólogo después de seis meses de tener pareja, en cambio un hombre tarda cinco años.
No es fácil llamar para hacer una cita. A veces la vergüenza, el temor e ideas impuestas por otros pueden afectar tomar esta decisión.
Lo cierto es que al sexólogo no se va pensando que es una sesión con el psicólogo y descargar toda la carga sentimental y emocional. Hay otras cuestiones importantes que también se abordan ahí y que alertan la necesidad de visitar este profesional.
Hablamos de ciertos problemas como los trastornos del orgasmo o de la erección, falta de deseo sexual o lo contrario, adicción; víctimas de abuso o violencia, pedófilos, parejas que han caído en la rutina, separaciones, otros que solo quieren mejorar su vida sexual, transexuales con muchas dudas de cómo enfrentar su realidad, etc.
Quienes padecen enfermedades terminales no se pueden abstener de ir al sexólogo, la razón es obvia: es necesario recuperar esa dimensión erótica que un cáncer, por ejemplo, ha perturbado.
La parte bonita de esto es que la pareja o un individuo puede rediseñar la idea que tenía sobre las relaciones sexuales y eso amplía muchas posibilidades de disfrutar y vivir mejor los momentos de intimidad.
La sexóloga y ginecóloga Francisca Molero, también directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, del Instituto Iberoamericano de Sexología y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, recrea una situación común.
“Cuando alguien tiene un problema de este tipo, lo primero que hace es compartirlo con sus amigos más cercanos con el fin de encontrar alguna solución, pero al no haberla uno se conforma con una sexualidad muy limitada”. Ejemplo de ello es el vaginismo, una condición que provoca dolor vaginal y que imposibilita la penetración.
“Las parejas buscan recursos y recurren a la masturbación mutua, el sexo anal, cualquier practica que no implique el coito. Y a ellos les vale. Curiosamente, muchas parejas se deciden a ir al sexólogo cuando quieren tener hijos y ella busca quedarse embarazada”, explica ella en una entrevista a SModa titulada “¿Tienes estos síntomas? Ha llegado la hora de acudir al sexólogo”.
Sucede en otros casos que los hombres acuden mucho porque se consideran eyaculadores precoces y las mujeres para conseguir llevar a cabo aquellas posiciones sexuales que su pareja le solicita por placer, como el sexo anal, aunque a ellas les resulte incómodo.
Es necesario dejar a un lado el mito que el sexólogo o sexóloga solo te enseñarían a poner un condón o cómo hacer movimientos placenteros, por ejemplo. Su función totalmente distinta y más educativa de lo que te imaginas. Hasta podría evitar que hombres y mujeres hagan cosas que realmente no quieren.
Una sesión con el sexólogo consiste en conocer tu propio cuerpo, por ejemplo algunas mujeres no saben con exactitud si ya han tenido un orgasmo o no. También se va para educarse sentimentalmente, eliminar las ideas erróneas de cómo debería ser un encuentro sexual, derrumbar muros de miedos y paradigmas.
“Si la gente se diera cuenta de que la sexualidad es un aprendizaje y, desde luego, si hubiera una buena educación sexual en las escuelas se acabarían con muchos problemas”, explica Molero.
En conclusión hay que otorgarle el lugar que se merece a la salud sexual y elegir a algún profesional que esté avalado por alguna sociedad u organización, tener la disponibilidad de comenzar y terminar las 10 o 12 sesiones que pueda durar tu tratamiento.