En torno al 60% del cuerpo de los hombres y el 50% de las mujeres es agua, una molécula que interviene en numerosas reacciones bioquímicas necesarias para el buen funcionamiento del organismo, como la termoregulación, la excreción renal o la absorción de nutrientes. Es mucho más que una cuestión de sed: atender a las siguientes señales te permitirá regular la hidratación a tiempo.
1. Sensación de fatiga, confusión y calambres
Los deportistas están entrenados para controlar la pérdida de agua durante un esfuerzo físico, pero cualquiera puede sufrir un golpe de calor. Si te sientes cansada en reposo o sufres de calambres debes considerar la posibilidad de que te falte agua.
2. Estreñimiento
Lo habitual en adultos es la evacuación intestinal, como mínimo, tres veces por semana. Una frecuencia inferior indicaría estreñimiento y es momento de aumentar el número de vasos de agua al día. La investigación Deshidratación leve: ¿factor de riesgo de estreñimiento?, publicado por el European Journal of Clinical Nutrition, advierte que la escasa ingesta de agua o la pérdida excesiva de líquidos y electrolitos en adultos y ancianos -ya sea por la sudoración en verano, vómitos o enfermedad renal- reducen el agua contenida en las heces y por tanto provocan estreñimiento.
3. Piel sin elasticidad
La elasticidad de la piel es un indicador para saber si hace falta agua en el organismo. No importa cuánta crema hidratante te apliques, la piel sigue siendo un marcador silencioso de la deshidratación, que puede verse agravada por la sudoración excesiva, vómitos o diarrea. Para comprobarlo puedes pellizcarte la frente, entre las cejas, o en el dorso de la mano, entre el pulgar y el dedo índice. La piel regresará lentamente a su estado habitual o se quedará pellizcada si presentamos cierto grado de deshidratación.
4. Fallos cognitivos
¿Desgana y pequeñas pérdidas de memoria? Puede que esté bebiendo menos agua de la que debe. Según una investigación británica publicada por Revista de Nutrición, la privación de agua puede influir en nuestro cerebro. Los investigadores de la Universidad de Reading observaron que la deshidratación severa causaba déficit cognitivo que afecta a la memoria a corto plazo, al estado de ánimo y a las habilidades visuales.
5. Infecciones de orina
Eliminamos las bacterias presentes en el tracto urinario a través de la orina y dependiendo de la frecuencia de micción estaremos limpiando ese sistema o no. Por eso, ir solo una o dos veces al día al baño a liberar líquidos es demasiado poco. Varios estudios siguen investigando la influencia de la deshidratación en las infecciones de orina e incluso en la formación de dolorosas piedras en el riñón.
6. Enfermedades respiratorias
¿Cómo afecta la hidratación a los trastornos bronco-pulmonares, como el asma o la bronquiolitis? Si la primera recomendación de los médicos ante estas enfermedades es beber suficiente agua y mantener el ambiente humidificado, por algo será. Según un análisis clínico elaborado por expertos del Hospital de Dortmund, Alemania, "el sistema bronco-pulmonar facilita el transporte del oxígeno y el intercambio entre los sistemas acuosos interiores del cuerpo y la atmósfera seca del exterior. De ahí la importancia de una suficiente hidratación, aunque todavía queda mucho por investigar para relacionar directamente la deshidratación como factor de riesgo en las enfermedades pulmonares".