La caída del cabello es uno de los problemas estéticos que más preocupan, tanto a hombres como a mujeres. Aunque solemos identificar la pérdida del pelo con una condición hereditaria y principalmente masculina, muchos factores, tanto genéticos como relacionados con el estilo de vida, pueden estar provocando una pérdida anormal de cabello.
En cualquier caso, en todo proceso de pérdida del cabello está implicada la salud de los folículos pilosos. Estos poseen gran cantidad de receptores químicos, por lo que son muy sensibles a los cambios hormonales, producidos por factores de todo tipo.
¿Por qué se cae el pelo?
En concreto, los folículos pilosos tienen multitud de receptores para las hormonas masculinas, testosterona y dihidrotestosterona (DHT). Esta última actúa en los folículos pilosos alterando la fase de crecimiento del cabello, acortándola. Esto deriva en un pelo cada vez más fino, hasta que cae.
La interacción de estas hormonas es diferente en cada persona, aunque es una condición que puede heredarse generación tras generación. Este tipo de predisposición genética, aunque es más frecuente en hombres, también puede darse en mujeres, dado que también poseen cierta cantidad de hormonas masculinas, y es más común en la menopausia.
Puede ocurrir que se produzca una pérdida incipiente del cabello, conocida como alopecia areata, sin causas externas aparentes. Puede ocurrir de manera repentina y a cualquier edad, aunque es más frecuente antes de los 30 años. No se conocen las causas exactas de este tipo de pérdida del cabello, aunque podría tratarse de una enfermedad autoinmune.
Si bien existen factores genéticos, hereditarios o no, que provocan la caída del pelo, otras causas ambientales juegan un papel importante en este problema estético tan frecuente.
Como factor externo, la caída del pelo por estrés es uno de los más frecuentes. Si bien el estrés, en pequeñas dosis, es un mecanismo natural e incluso beneficioso de supervivencia para el ser humano, a largo plazo puede acarrear muchos problemas de salud, también en el cuero cabelludo. En el proceso del estrés están implicados ciertos neurotransmisores químicos, como el cortisol. En ocasiones, la liberación de estos mensajeros químicos puede dañar los folículos pilosos, impidiendo un correcto anclaje de la raíz de cada pelo.
Una mala alimentación, carente de nutrientes y minerales como el hierro, podría desencadenar también un proceso de caída anormal de cabello. Los cambios hormonales, el uso de medicamentos, y la exposición a radiación perjudicial, como la que se produce durante un proceso de quimioterapia, también son factores que pueden provocarla. Además, también es frecuente la caída del pelo estacional, especialmente en otoño, lo que provoca que, diariamente, se pierdan cabellos.
¿Cómo frenar la caída del cabello?
Garantizar la buena salud de los folículos pilosos es clave para evitar la caída del pelo. Aminexil Cinical 5 es el tratamiento anticaída de Vichy que ayuda a reequilibrar el cuero cabelludo y actúa sobre varios factores que generan la caída. En concreto, asegura el buen anclaje de cada pelo en los folículos pilosos, una buena microcirculación de cada cabello, así como la suficiente fuerza y resistencia para resistir las agresiones externas así como la influencia de los cambios hormonales. Todos estos procesos son necesarios para reequilibrar la población capilar en alguien que ha sufrido una pérdida del cabello. Además, previenen que se inicie la caída.
Estudios de Vichy contra placebo aseguran la eficacia de la molécula anticaída, que ha provocado dos estímulos en el cuero cabelludo: por un lado, frena la caída y, por otro, refuerza el anclaje del pelo en la raíz.
El ingrediente SP94 es una asociación de glucosa y ácido linoleico, que fortifica la fibra capilar. Además, la arginina, que debe ser aplicada como un masaje, ayuda a estimular la microcirculación. Octeine, por su parte, ayuda a reequilibrar el cuero cabelludo y a luchar contra el impacto de las agresiones externas e internas. Por último, el agua termal de Vichy, posee propiedades fortificantes sobre la piel.