La atrofia vaginal, la sequedad, la hiperlaxitud vaginal, la incontinencia urinaria, el descenso de órganos pélvicos (útero y vejiga) o el picor constante en la zona genital son algunos de los problemas ginecológicos más comunes que afectan a un gran número de mujeres de todas las edades.
Muchas de las mujeres que padecen estos trastornos genitales se sienten avergonzadas al hablar de ellos e incluso se sienten incomprendidas. Ello trae consigo cuadros de inestabilidad emocional, depresión o pérdida de autoestima e incluso rupturas de pareja, así lo informa el portal web La Prensa Gráfica.
¿Cuándo llegan los cambios?
Comúnmente, los trastornos genitales tienden a aparecer en la cuarta década de la vida. Según la especialista Regina Lorente, “ahora contamos con armas terapéuticas que antes no existían y, sin embargo, no todos los profesionales las conocen”.
Por ello, enfatiza: “Se necesita de un trabajo multidisciplinar de nutricionistas y psicólogos para abordar el problema de estas mujeres”. El control de las emociones es fundamental, pues “bajo el estrés se libera cortisol y los tejidos envejecen más rápido”.
“En el momento –añade– en el que empieza a haber un problema emocional (como que la mujer no se sienta a gusto consigo misma), empieza a darse una correlación entre los cambios biológicos y su calidad de vida, la cual se ve mermada”.
Y es ahí, en el aspecto emocional, donde parece apuntar el futuro. “Los médicos tenemos que abrir mucho la mente. La salud del futuro no va a tener nada que ver con lo que estamos haciendo ahora. Sobre todo porque se van a ampliar las perspectivas en el aspecto emocional de la salud”, indica la doctora.
“Debemos conseguir que muchos ginecólogos dejen de transmitir la idea de que los problemas ginecológicos de la mujer entran dentro de un proceso normal de cambio y deben vivir con ello”, asevera.